El afligido dice:
Me parece inaceptable a la razón la idea de la resurrección corporal de todos los muertos. De corazón desearía que hubiese una resurrección, pero mi mente se niega a aceptarla, y mi esperanza se ve debilitada por constantes dudas.
El hermano en Cristo responde:
El fundamento de nuestra fe es la palabra de Dios, no la razón humana. Hemos de "llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. " (2ª Co.lO:5). Dios es poderoso para hacer cosas mucho mayores que las que entendemos o pedimos. (Ef.3:20). Recuerda que lo que Dios promete, lo hace. Los dichos de Dios no son sólo palabras, sino hechos; lo que El dice conlleva poder. Dios puede hacer cosas que nosotros no somos capaces siquiera de entender.
Aquel, cuya carne no pudo corromperse, le será fácil revestir nuestros cuerpos corruptibles con incorrupción. (1ª Co. 15:53). En la creación podemos ver muchas imágenes de la futura resurrección. Como leemos en 1ª Corintios 15:36-38: "Lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes. Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo, o de otro grano; pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo."
Las semillas brotan y resurgen llenas de frutos después de morir y desintegrarse completamente. El que da vida al grano muerto para que te alimentes, puede hacer cosas mucho más grandes, inclusive levantarte de la muerte, para que vivas para siempre. Todo se transforma, y resurge de la decadencia. El día muere y se sumerge en la oscuridad; sin embargo, la luz vuelve a brillar con esplendor, saliendo de la oscuridad como de su tumba. La luna prácticamente desaparece en el cuarto menguante, pero al mes recobra su plenitud. Verano e invierno, primavera y otoño se van y regresan con renovadas fuerzas.
Toda la tierra está bajo un cultivo celestial, que reviste a los árboles otra vez, después de haber perdido sus hojas, renueva los colores de las flores, y hace reverdecer la hierba. El despojador pasa a ser un proveedor. Destruye para reconstruir. Quita para volver a dar. Vacía para llenar. Hace menguar para aumentar. Cada condición retorna. Lo que parece pérdida, es ganancia. Y todo este orden de cosas es un testimonio de la resurrección de los muertos. Dios lo grabó en la creación, antes de registrarlo en las Escrituras. Lo predicó por medio de hechos concretos, antes de predicarlo por medio de su Palabra. Nos dio la naturaleza por maestra. Introdujo la profecía más tarde para que, después de haber tomado lecciones de la naturaleza, creyésemos más fácilmente su Palabra.
Después de ver cómo Él es capaz de renovar todas las cosas, tiene que resultamos más fácil creer en la resurrección de los muertos. ¿Qué piensas de estos ejemplos de la naturaleza? ¿Te parecen algo superfino? ¿No ves en ellos un ejemplo de la resurrección? ¿Puede el Creador ser más débil que la naturaleza que El ha hecho y preserva? En ti mismo puedes ver un ejemplo de la resurrección. Si Dios lo ha creado todo, incluso tu propio cuerpo, también será capaz de vivificarlo nuevamente, sin que importe su estado de descomposición. Ten la seguridad, entonces, que a Dios le resultará más fácil levantar de la muerte tu cuerpo y restaurarle la vida, de lo que le ha resultado crearlo.