El afligido dice:

La sola idea de la muerte me asusta. Cuando pienso en ella me lleno de angustia y temor. El pecado, el "aguijón de la muerte" (1 Co. 15:58), hiere profundamente mi conciencia, amenazándome con el castigo de Dios. "La paga del pecado es muerte. " (Ro.6:23). Es por culpa del pecado que soy mortal, como todos los demás. (Ro.5:18).

El hermano en Cristo responde:

Si tus pecados te horrorizan y afligen tu corazón, mira a Cristo, que murió en el altar de la cruz, para que tú no tengas que sufrir el eterno castigo de Dios. Deja de poner tu atención en la horrible muerte, y concéntrate en Cristo. Él vino "para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. " (He.2:14-15).

Cristo dio muerte a nuestra muerte, y anuló la amenaza del infierno que merecíamos. (Os. 13:14). Jesús dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá; y el que vive y cree en mí, no morirá eternamente." (Jn. 11:25:26). De Adán hemos heredado el pecado, y por culpa del pecado nos hemos convertido en mortales. Pero, de Cristo hemos heredado vida, y seremos resucitados.

Él es el Señor de la vida y el conquistador de la muerte! (1 Co. 15:22). El personalmente nos asegura: "De cierto, de cierto 4 os digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. " (Jn.5:24). Y nos promete: "De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte. "(Jn.8:51). Cree en Jesucristo. Él es la verdad. (Jn. 14:6). Cree en Él y en sus promesas. Cree en Él, porque Él lo juró. Cielo y tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán (Lucas 21:23).