El afligido dice:
Cristo murió por todos. Pero, no todos se benefician con su muerte. Entonces, ¿cómo puedo estar seguro de que la salvación de Cristo me servirá a mí también? ¿cómo puedo tener la certeza de que yo también comparto las bendiciones que Cristo obtuvo para todos, por medio de su pasión y muerte?
El hermano en Cristo responde:
Dios te da su Palabra, las Buenas Noticias del Evangelio. En ella te ofrece la salvación gratuitamente, por medio de su Hijo. Ahí Dios extiende misericordiosamente sus brazos hacia ti, todo el día. (lsaías 65:2 ). En su Evangelio Él invita y llama a todos. Con toda seguridad, te está llamando e invitando a ti también. Lo que Dios te ofrece en su gracia, recíbelo con la mano de la fe. Uno recibe de acuerdo a lo que cree. Quien cree en Cristo, tiene a Cristo, y con Cristo obtiene la gracia de Dios, el perdón de los pecados y la vida eterna.
Oye lo que dice la veraz, eterna, e inmutable Palabra de Dios en Juan 3:16: "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. “Y en Juan 3:18: "El que en Él cree, no es condenado. "Al contrario, "a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. " Llegar a ser un hijo de Dios incluye todo lo que hace falta para la salvación. Los hijos de Dios no hemos sido ' 'engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. “(Juan 1:13).
Es el nacimiento espiritual, no el natural, el que nos convierte en hijos de Dios. Los hijos de Dios tenemos en Él a un amoroso Padre, que se apiada de los suyos. (Salmos 103:13). Y por ser hijos suyos, Dios también nos dio su Espíritu. (Romanos 8:15). El apóstol Pablo dice en Romanos 8:14: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! “Y en Gálatas 4:6, el mismo apóstol declara: "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!"
Y en Romanos 8:17 está escrito: "Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo. " Porque un verdadero hijo es también un heredero. Todos estos privilegios nos fueron dados de pura gracia, junto con Cristo, quien vive en nuestros corazones por medio de la fe. (Efesios 3:17). Esa es la razón por la que las Sagradas Escrituras exaltan tanto la fe. "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida. " (Juan 5:24) "El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mi, no morirá eternamente. “(Juan 11:25-26).
En Juan 12:46 Jesús afirma: "Yo, la luz, he venido al mundo para que todo aquel que cree en mí, no permanezca en tinieblas." Para que no permanezca en las tinieblas de la ignorancia, del pecado y de la muerte eterna. Para que por medio de la fe en Cristo, tenga la luz del conocimiento de la salvación, de la justicia verdadera, y de la vida perdurable. El apóstol Juan declara expresamente que todo lo que está escrito en su evangelio acerca de Cristo: sus mensajes, obras, pasión, muerte y resurrección... todo fue escrito "para que creamos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengamos vida en su nombre. " (Juan 20:31).
El mismo apóstol dijo también: "Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. “(1 Juan 5:11-12). Así, pues, sabemos que tenemos vida eterna, porque creemos en el nombre del Hijo de Dios. (1 Juan 5:13). No sólo los apóstoles y evangelistas, sino también todos los profetas dieron testimonio de Cristo, "que todos los que en Él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. " (Hechos 10:43). Lo mismo que el apóstol Pablo le dijo al desesperado guardia cárcel de Filipo, que estaba a punto de quitarse la vida, te digo a ti: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo. " (Hechos 16:31).