El afligido dice:
Me asaltan los recuerdos de los pecados que he cometido. Soy un ser humano pecador, y durante toda mi vida cometí muchos y diferentes pecados. ¿Cómo puedo esperar que Dios sea bondadoso conmigo, siendo que lo he ofendido tantas veces? ¿Cómo puedo estar en paz frente a la muerte, si justamente voy a morir porque soy un ser humano pecador, y todos los que mueren sin la gracia de Dios van al infierno?
El hermano en Cristo responde:
Mira a Cristo crucificado. Él pagó tu rescate. Él derramó su preciosa sangre por tus pecados. "Y la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, nos limpia de todo pecado. " (1 Jn.l:7). "Y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. " (1 Jn.2:2). "El Hijo del Hombre vino... para dar su vida en rescate por muchos. " (Mt.20:28). Para eliminar cualquier duda, un ángel del cielo trajo el precioso y reconfortante nombre "Jesús ", para que llamemos así a nuestro Mediador. Este nombre le fue dado antes de ser concebido en el seno de su madre. (Lc.2:21). El nombre "Jesús " significa "Salvador". A Cristo se le dio ese nombre, porque salvaría a su pueblo de sus pecados. (Mt.l:21). Jesús es "el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. " (Jn. 1:21). Jesucristo vino al mundo "para salvar a los pecadores " (1 Ti. 1:15).
Él es el Sumo Sacerdote, que "se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio de olor fragante a Dios. "(Ef.5:2). Cristo derramó su propia sangre "por muchos, para la remisión de los pecados. "(Mt.26:28). Él personalmente "llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero. " 1 P.2:24). "Él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. " (Is.53:5). Dios cargó todos nuestros pecados sobre Él. "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él " (2 Co. 5:21). Le impuso el castigo por nuestros pecados. Lo entregó rn sacrificio expiatorio por nosotros.
Cristo no fue rebelde a la voluntad de su Padre. La cumplió con mucho gusto. (Sal. 40:8). "Se dio a sí mismo por nuestros pecados. " (Gá. l :4). Nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros. (Gá 2:20). Cristo fue movido por su amor. Su sufrimiento fue muy grande, pero su amor por nosotros fue aún mayor. Y si el precio de nuestra redención lo hubiese exigido, Él habría sufrido más todavía. No necesitamos dudar de la suficiencia de su sacrificio. En Jesús hay abundante redención. (Sal. 130:7). De sus heridas no brotó sólo una gota, sino todo un torrente de sangre, y finalmente exclamó: "Cumplido está!” (Jn. 1 9:30). Él llevó a cabo la purificación completa de nuestros pecados, por medio de sí mismo. (He. 1 :3). "Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. " (He. 10:14). "Nos lavó de nuestros pecados con su sangre. " Confía, pues, en estas claras palabras del Espíritu Santo. Puedes estar completamente seguro de que el sufrimiento y la muerte de Cristo son un pago completamente satisfactorio por todas nuestras culpas, inclusive por las tuyas.