El afligido dice:
Mi enfermedad es muy grave. Presiento que voy a morir. Siempre supe que algún día tendría que morir; pero, ahora que estoy cerca de la muerte, el mundo me parece tan hernioso, y la vida tan linda, que no quisiera morir. Además, la única vida que conozco es la que vivo aquí, y en este cuerpo.
El hermano en Cristo responde:
Dios no te ha creado sólo para esta vida corta y pobre, sino para que disfrutes la gloriosa vida eterna. Al principio Dios creó a Adán y Eva, nuestros primeros padres, para que viviesen eternamente. Pero, ellos le desobedecieron y por eso existe la muerte. Entonces Dios envió a su Hijo para salvar al mundo. Jesucristo no te salvó para que vivas la pasajera y miserable vida terrenal; Él te rescató para que vivas aquella otra vida, la que te espera en el cielo. Es "palabra fiel y digna de ser recibida por todos, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. " (1 Ti. 1:15).
El Espíritu Santo te llamó e incorporó al Reino de Cristo, no para hacerte feliz por un poco de tiempo en la tierra, sino para trasladarte un día del Reino de Gracia, al Reino de Gloria; de la Iglesia militante en este mundo, a la Iglesia triunfante en el cielo; de este valle de lágrimas, a las delicias del Paraíso celestial; de la muerte, a la vida para la cual Dios Padre te creó, Dios Hijo te redimió, y Dios Espíritu Santo te llamó. No te opongas a la piadosa voluntad de Dios para contigo! (Le.7:30). Si Dios te llama, síguelo con gozo!