El afligido dice:

Las promesas de Dios, ¿son firmes y seguras también para mí? ¿Cómo puedo saber si soy uno de aquellos a quienes Dios promete y da tan grandes beneficios, de modo que pueda estar listo para morir en paz y con fe?

El hermano en Cristo responde:

Dios extiende estas promesas a todos los que se refugian en Cristo. Te hace esas promesas a ti también, porque tú crees en Cristo. Escucha nuevamente el testimonio interno del Espíritu Santo. El Espíritu Santo te da su testimonio no solo externamente en la palabra de Dios, sino también internamente, en tu corazón. En Romanos 8:16-17 leemos: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. "Y en 1 Corintios 2:12 dice: "Nosotros hemos recibido el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido."

Es Dios quien te da fuerza y poder, a ti y a todos los que creen en Cristo. Él te ha ungido. Te ha sellado y te ha dado al Espíritu Santo como garantía de lo que vas a recibir. (2 Co.5:5). En Gálatas 4:6 dice: "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!" Y en Efesios 1:13-14 leemos: "Vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. " Con el Espíritu Santo has sido sellado para el día de la redención. (Ef.4:30).

Así como el esposo le da un anillo de casamiento a la esposa como símbolo de fidelidad, Dios se desposó contigo en misericordia. (Os.2:19). Pero, las bodas del Cordero todavía no han llegado. (Ap. 19:7). Es por eso que te da la prenda de su Espíritu, para que por su intermedio puedas tener la seguridad de que Él cumplirá sus promesas y un día te llevará a las bodas celestiales. El Espíritu Santo es el "Espíritu de la adopción " (Ro.8:15), porque te da testimonio de que Dios te ha adoptado como hijo. Él es el sello con el cual Dios ha sellado sus promesas en tu corazón. Es la prenda por la cual Dios confirma la verdad de su Palabra. “En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros, en que nos ha dado su Espíritu.”(1 Jn.4:13).