El afligido dice:
Jesucristo ha merecido la salvación de todas las personas del mundo. Pero, ¿cómo puedo saber que su obra me beneficia a mí personalmente? Hay muchas cosas que se ofrecen a todos en general, pero que no llegan a cada uno en particular...
El hermano en Cristo responde:
Tú mismo puedes sacar la conclusión. Parte de lo general y llegarás a lo particular. Siendo que Dios desea la salvación de todos, puedes concluir con toda seguridad que también desea tu salvación. Y siendo que Cristo murió por todos, puedes tener la certeza de que también murió por ti, para limpiarte de todos tus pecados con su sangre. Y lo que el Evangelio les dice a todos, te lo dice y te lo da a ti en particular especialmente mediante la absolución en la iglesia.
Cuando el pastor te anuncia en nombre de Jesús el perdón de los pecados, debes estar seguro que eso es válido ante Dios en el cielo. Porque Jesús dijo: "Todo 15 lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. " Y: "A quienes remitieren los pecados, les son remitidos. " (Mt.l8:18; Jn.20:23). Este es el bendito ministerio de la reconciliación, que Dios le confió a su Iglesia.
El bendito Oficio de las Llaves, la autoridad espiritual que Cristo depositó en manos fíeles. Los siervos de Cristo son sus embajadores, por medio de los cuales Dios mismo ruega a los hombres que se reconcilien con Él. (2 Co.5:15-20). Cuando se te ofrece algo de parte de Dios, no debes dudar que es para ti. Cuando estás angustiado por tus pecados, y oyes al siervo de Dios anunciándote en nombre de Cristo el perdón, debes recibirlo con la misma seguridad como si estuvieras escuchando a Cristo mismo. Lo que se te asegura y concede en nombre y lugar de Cristo, te lo asegura y concede Cristo mismo.
Es Cristo quien te anuncia el perdón de tus pecados. Su siervo, el pastor, solo le presta a Cristo su voz. Cuando te sientas tentado a dudar, recuerda las palabras de Jesús a sus apóstoles y a sus sucesores: "El que a vosotros oye, a mí me oye. " (Ec.10:16). San Pablo dice que él y los demás predicadores del Evangelio son "embajadores de Cristo. " Que están en lugar de Cristo y actúan en su nombre, "como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. " (2 Co.5:20). "Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo. " (1 Ts.4:8). Cristo te dice a ti lo mismo que le dijo a otros pecadores: "Tus pecados te son perdonados. " (Ec.7:48; Mt.9:2).
No hay diferencia de valor entre estas palabras y las que pronuncia el pastor. No importa que unas sean dichas por un simple ser humano, y las otras por el Hijo de Dios. Cuando el pastor te anuncia el perdón, no pienses que estás oyendo sólo a un hombre. Por medio de él también estás oyendo a Cristo.