TRATADO SOBRE EL PODER Y LA PRIMACÍA DEL PAPA

Compilado por los teólogos reunidos en Esmalcalda en el año 1537

1] El pontífice romano se arroga que, por derecho divino, está sobre todos los obispos y pastores.

2] Luego añade también, que por derecho divino posee ambas espadas, es decir, la autoridad incluso de conferir y transferir reinos.

3] Y en tercer lugar dice, que creer esto es necesario para la salvación. Y por estas razones, el obispo romano se llama a sí mismo vicario de Cristo en la tierra.

4] Consideramos y declaramos publicamente que estos tres artículos son falsos, impíos, tiránicos y ruinosos para la iglesia.

5] Para que se pueda entender nuestra confirmación, primero definiremos qué significa estar sobre todos por derecho divino. Entienden ser un obispo universal y, como ellos mismos dicen, ecuménico, es decir, aquel de quien todos los obispos y pastores a través del mundo entero deben solicitar ordenación y confirmación, que tiene el derecho de elegir, ordenar, confirmar,

6] y deponer a todos los obispos. A esto, se arroga la autoridad de hacer leyes sobre cultos, sobre el cambio de sacramentos, sobre doctrina, y quiere que sus artículos, sus decretos, sus leyes sean considerados iguales a las leyes divinas, es decir, siente que así las conciencias de las personas están obligadas por las leyes pontificias, que pecan mortalmente quienes las ignoran incluso sin escándalo. Y es aún más atroz que añade, que es necesario para la salvación creer todo esto.

7] Por lo tanto, primero mostraremos desde el evangelio, que el obispo romano no está por derecho divino sobre los otros obispos y pastores.

8] En Lucas 22:25, Cristo prohíbe expresamente la dominación entre los apóstoles. Pues esta era precisamente la cuestión: cuando Cristo habló de su pasión, discutían quién debía ser el líder y como el vicario de Cristo ausente. Allí Cristo corrige este error de los apóstoles y enseña que no habrá dominación ni superioridad entre ellos, sino que los apóstoles deben ser enviados como iguales para el ministerio común del evangelio. Por eso dice: "Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, pero vosotros no debéis hacerlo así; sino que el mayor entre vosotros sea como el menor, y el que gobierna como el que sirve." Aquí muestra la antítesis, que la dominación es reprobable.

La misma enseñanza se da con la parábola, cuando en la misma discusión sobre el reino, en Mateo 18:2, pone un niño en medio de ellos, indicando que no debe haber un principado entre los ministros, así como un niño no toma ni busca ningún principado para sí.

9] En Juan 20:21, Cristo envía a los apóstoles sin distinción, diciendo: "Como el Padre me envió, así también yo os envío." De la misma manera, dice que envía a cada uno, como él mismo fue enviado, por lo cual no otorga ninguna prerrogativa ni dominación sobre los demás.

10] En Gálatas 2:7 y siguientes, Pablo afirma claramente que no fue ordenado ni confirmado por Pedro, ni reconoce a Pedro como alguien de quien se deba buscar confirmación. Y específicamente lucha sobre este punto, que su llamado no depende de la autoridad de Pedro. Debería haber reconocido a Pedro como superior, si Pedro fuera superior por derecho divino. Por eso, Pablo dice que, sin consultar a Pedro, inmediatamente comenzó a enseñar el evangelio. También dice: "Pues para mí, aquellos que parecían ser algo no añadieron nada a mi mensaje; Dios no hace acepción de personas." Y además: "Aquellos que parecían ser líderes no me impusieron ninguna restricción." Así, cuando Pablo testimonia claramente que ni siquiera quiso buscar la confirmación de Pedro, incluso cuando fue a verlo, enseña que la autoridad del ministerio depende de la Palabra de Dios, y que Pedro no fue superior a los otros apóstoles, ni se requiere la ordenación o confirmación de un solo Pedro.

11] En 1 Corintios 3:6, Pablo iguala a los ministros y enseña que la iglesia está por encima de los ministros. Por lo tanto, no se le atribuye a Pedro ninguna superioridad o dominación sobre la iglesia o los demás ministros. Así dice: "Todo es vuestro; sea Pablo, sea Apolo, sea Cefas", es decir, ni los demás ministros ni Pedro deben tomar para sí dominación o superioridad sobre la iglesia, no deben cargar a la iglesia con tradiciones, ninguna autoridad debe valer más que la Palabra, y no se debe oponer la autoridad de Cefas contra la de los otros apóstoles, como argumentaban en ese tiempo: "Cefas observa esto, quien es el apóstol superior, por lo tanto, tanto Pablo como los demás deben observarlo". Pablo quita este pretexto a Pedro y niega que su autoridad deba ser preferida sobre los demás o la iglesia.