Traducción de la versión en alemán

Artículo XVI. Sobre el Estado y el Gobierno Secular.

1] Se enseña sobre el orden público y el gobierno secular que toda autoridad política en el mundo y los regímenes, leyes ordenadas, y el buen orden, son creados y establecidos por Dios;

2] y que los cristianos, sin incurrir en pecado, pueden ocupar cargos de autoridad, y también pueden, sin pecado, ser príncipes y jueces; juzgar y pronunciar sentencias según las leyes imperiales y otros derechos usuales; castigar a los malhechores con la espada; llevar a cabo guerras justas, y luchar; comprar y vender; prestar juramentos; poseer propiedades; estar casados, etc.

3] Aquí se condena a los anabaptistas, que enseñan que ninguna de las cosas mencionadas anteriormente es cristiana.

4] También se condena a aquellos que enseñan que la perfección cristiana consiste en abandonar físicamente casa y hogar, esposa e hijos, y renunciar a las cosas mencionadas anteriormente, ya que la verdadera perfección consiste únicamente en el temor de Dios y la fe verdadera en Dios. Porque el Evangelio no enseña una existencia exterior y temporal, sino una justicia y realidad interna y eterna del corazón,

5] el Evangelio tampoco derriba el gobierno secular, el orden público y el matrimonio, sino que quiere que todas estas cosas se mantengan como orden verdadero [de Dios], y que en estos estados se demuestre el amor cristiano y las buenas obras verdaderas, cada uno según su vocación.

6] Por lo tanto, los cristianos están obligados a ser obedientes a la autoridad y a seguir sus mandamientos en todo lo que se pueda hacer sin pecado.

7] Pero si un mandamiento de la autoridad no puede cumplirse sin pecado, se debe obedecer antes más a Dios que a los hombres. Hechos 5:29.

Traducción de la versión en latín

Artículo XVI. Sobre los Asuntos Civiles.

1] Se enseña sobre los asuntos civiles que las ordenaciones civiles legítimas son buenas obras de Dios, que

2] los cristianos pueden desempeñar cargos públicos, ejercer juicios, juzgar asuntos según las leyes imperiales y otras leyes presentes, establecer castigos según el derecho, hacer la guerra legalmente, servir en el ejército, contratar legalmente, poseer propiedades, prestar juramento cuando lo soliciten los magistrados, tomar esposa, casarse.

3] Condenan a los anabaptistas, que prohíben estos cargos civiles a los cristianos.

4] También condenan a aquellos que no sitúan la perfección evangélica en el temor de Dios y la fe, sino en abandonar los cargos civiles, porque

5] el evangelio enseña la justicia eterna del corazón. Sin embargo, no disipa la política ni la economía, sino que exige mantenerlas como ordenaciones de Dios y en tales

6] ordenaciones practicar la caridad. Por lo tanto, los cristianos deben obedecer necesariamente a sus magistrados

7] y leyes; a menos que ordenen pecar, pues entonces deben obedecer más a Dios que a los hombres. Hechos 5:29.