IX. Sobre la excomunión.

1] La gran excomunión, como la llama el Papa, la consideramos un castigo puramente secular, y [la misma] no nos concierne a nosotros, los servidores de la iglesia. Pero la pequeña, es decir, la verdadera excomunión cristiana, consiste en que no se debe permitir a los pecadores manifiestos y obstinados participar en el sacramento ni en otras comuniones de la iglesia, hasta que se mejoren y eviten el pecado. Y los predicadores no deben mezclar esta pena o excomunión espiritual con el castigo secular.