4] En el cuarto canon, o regla, del Concilio de Éfeso se encuentra la siguiente resolución: "Si alguien divide las palabras de la Escritura respecto a Cristo en dos personas o subsistencias, y aplica algunas de ellas a Él como hombre, que debe ser entendido especialmente, fuera del Verbo de Dios [fuera o sin el Verbo del Padre, o sin el Hijo de Dios], y asigna otras, como dignas solo de Dios, al Verbo de Dios el Padre [algunas, sin embargo, solo al Hijo de Dios, como pertenecientes solo a Dios], que sea anatema."
5] En el quinto canon, así: "Si alguien se atreve a decir que el hombre Cristo es el Portador de Dios, y no más bien que Él es Dios, de modo que se le llame verdaderamente Hijo por naturaleza [que como el Hijo natural de Dios es verdaderamente Dios], porque era el Verbo que se hizo carne, y, de manera similar [incluso] como nosotros, se hizo partícipe de carne y sangre, que sea anatema."
6] En el sexto canon, así: "Si alguien no confiesa que el mismo Cristo es al mismo tiempo Dios y hombre [que el único Cristo es al mismo tiempo Dios y hombre], por la razón de que según las Escrituras el Verbo se hizo carne, que sea anatema."
7] En el duodécimo canon, así: "Si alguien no confiesa que el Verbo de Dios [el Padre] sufrió en la carne, y fue crucificado en la carne, y gustó la muerte en la carne, y se convirtió en el Primogénito de entre los muertos, según [ya que] Él es, como Dios, la Vida y El que da vida, que sea anatema."
8] Y el decreto del Concilio de Calcedonia, tal como lo cita Evagrio, lib. 2, cap. 4, dice así: "Siguiendo, pues, a los santos padres, confesamos un solo y mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y todos proclamamos con una sola voz que el mismo es perfecto en deidad y el mismo perfecto en humanidad; que el mismo es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, compuesto de un alma racional y un cuerpo; que es consustancial con el Padre en cuanto a la deidad, y que el mismo es consustancial con nosotros según la humanidad; que es en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado; que fue engendrado antes del mundo del Padre según la deidad, pero que la misma persona fue en los últimos días nacida para nosotros y para nuestra salvación de María, la virgen y madre de Dios, según la humanidad; que uno y el mismo Jesucristo, el Hijo, el Señor, el Unigénito, es conocido en dos naturalezas, sin ser mezclado, sin ser cambiado, sin ser separado [o dividido], sin ser segregado, no siendo abolida en modo alguno la diferencia de las naturalezas a causa de la [personal] unión, sino siendo más bien preservada la peculiaridad de cada naturaleza, y concurriendo en una persona y subsistencia; no como dividido o desgarrado en dos personas, sino un solo y mismo Hijo unigénito, Dios el Verbo y el Señor Jesucristo [reconocemos un solo Cristo nuestro Señor, que es a la vez el Hijo unigénito, o el Verbo del Padre, y también verdadero hombre]; como los profetas de antaño y el mismo Cristo nos han enseñado acerca de Él, y el símbolo de los padres nos ha transmitido."
9] Así también, la Décima Epístola Sinodal de León (a Flaviano, cap. 3, fol. 92) [que el Concilio de Calcedonia consideró igual a una instrucción] dice: "[La unión personal se ha producido de esta manera, que] La peculiaridad de cada naturaleza permaneciendo inalterada [permaneciendo sin mezcla y sin cambios], y convergiendo en una persona, la [divina] Majestad ha asumido [la humana] humildad, el [divino] Poder [la humana] debilidad, la Eternidad [el eterno Ser divino] la mortalidad [la naturaleza humana, mortal] (abstracto por lo concreto), y con el propósito de pagar la deuda de nuestra condición, la naturaleza [inmortal] que no puede sufrir se ha unido a la naturaleza [humana] que puede sufrir, de modo que nuestro único y mismo Mediador pudiera tanto morir según una como no morir según la otra [para que nuestro único Mediador, ya que según una naturaleza, a saber, la divina, no podía morir, pudiera morir por nosotros según la otra, a saber, la humana]."
10] Asimismo (cap. 4, fol. 93): "El que es verdadero Dios, el mismo es verdadero hombre, ya que tanto la humildad del hombre como la grandeza de Dios son recíprocas [existen juntas en una persona]. Pues así como Dios no cambia por la piedad [cuando por piedad hacia nosotros asume la naturaleza humana], así el hombre no es consumido por la dignidad divina [y la gloria]; porque cada forma [naturaleza] hace lo que le es peculiar, en comunión con la otra - a saber, el Verbo obrando lo que pertenece al Verbo [Hijo de Dios], y la carne ejecutando lo que pertenece a la carne. Uno de estos resplandece en los milagros, el otro se hunde bajo las injurias [y sin embargo hay un solo Mediador, Dios y hombre]. Él es Dios, porque [a través de esto, por esto y a causa de esto, que] en el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios, por quien todas las cosas fueron hechas. Él es hombre, porque [a través de esto, por esto y a causa de esto, que] el Verbo se hizo carne, y porque fue hecho de una mujer. También, a causa de [para indicar] esta unidad de la persona que se ha de entender en ambas naturalezas, leemos que el Hijo del Hombre descendió del cielo cuando el Hijo de Dios asumió carne de la Virgen María."
11] Y de nuevo (cap. 5, fol 93): "Se dice que el Hijo de Dios fue crucificado y sepultado, aunque sufrió estas cosas no en su misma divinidad, por la cual es consustancial con el Padre, sino en la debilidad de [Su asumida] naturaleza humana."
12] Hasta aquí las palabras de los dos concilios, de Éfeso y de Calcedonia, con las que también concuerdan todos los demás santos padres.
13] Esto es precisamente lo que los hombres eruditos en nuestras escuelas han deseado hasta ahora indicar y declarar con las palabras abstracto y concreto, a las que este libro [de Concordia en el presente caso] también hace referencia en unas pocas palabras (véase arriba p. 1029) [cuando se afirma]: Todo lo cual los eruditos conocen bien; palabras que necesariamente deben ser retenidas en su verdadero sentido en las escuelas.
14] Porque los términos concretos son palabras de tal tipo que designan a la persona entera en Cristo, tales como Dios, hombre. Pero los términos abstractos son palabras por las cuales se entienden y expresan las naturalezas en la persona de Cristo, como divinidad, humanidad.
15] De acuerdo con esta distinción, se dice correctamente in concreto: Dios es hombre, el hombre es Dios. Por otro lado, se habla incorrectamente cuando se dice in abstracto: La divinidad es humanidad, la humanidad es divinidad.
16] La misma regla se aplica también a los atributos esenciales, de modo que los atributos de una naturaleza no pueden ser predicados de la otra naturaleza in abstracto, como si fueran también atributos de la otra naturaleza. Por lo tanto, las siguientes expresiones son [serían] falsas e incorrectas si uno dijera: "La naturaleza humana es Omnipotencia, es desde la eternidad." Así como los atributos mismos no pueden ser predicados unos de otros, como si uno dijera: Mortalitas est immortalitas, et e contra; "La mortalidad es inmortalidad," y la inmortalidad es mortalidad; porque por tales expresiones se abole la distinción de las naturalezas y sus atributos, se confunden entre sí, se cambian uno en otro, y así se hacen iguales y semejantes.
17] Pero dado que no solo debemos saber y creer firmemente que la naturaleza humana asumida en la persona de Cristo tiene y retiene para toda la eternidad su esencia y los atributos esenciales naturales de la misma, sino que es un asunto de especial importancia, y la mayor consolación para los cristianos está comprendida en ello, que también sepamos por la revelación de las Sagradas Escrituras, y sin duda creamos la majestad a la que esta Su naturaleza humana ha sido elevada de hecho y en verdad por la unión personal, y de la cual se ha hecho así personalmente partícipe, como se ha explicado extensamente en el Libro de Concordia; en consecuencia, y para que también todos puedan ver que también en esta parte el libro mencionado no ha introducido nuevas, extrañas, inventadas, inauditas paradojas y expresiones en la Iglesia de Dios, el siguiente Catálogo de Testimonios – primero de las Sagradas Escrituras, y luego también de los antiguos y puros maestros de la Iglesia, especialmente, sin embargo, de aquellos padres que fueron más eminentes y líderes en los primeros cuatro Concilios Ecuménicos – mostrará claramente, de lo cual se puede entender cómo han hablado sobre este tema.
18] Y para que el lector cristiano pueda encontrar más fácilmente su camino a través de ellos y orientarse, se han organizado bajo varios encabezados distintos como sigue:
19] Primero, que las Sagradas Escrituras, así como los padres, cuando hablan de la majestad que la naturaleza humana de Cristo ha recibido a través de la unión personal, emplean las palabras, communicatio, communio, participatio, donatio, traditio, subiectio, exaltatio, dari, etc., es decir, de las palabras "comunicación," "comunión," "participación," "otorgado y dado," etc.
20] Dan. 7:13: He aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
21] Juan 13:3: Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos.
22] Mat. 11:27: Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre.
23] Mat. 28:18: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
24] Fil. 2:9: Dios le ha dado un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.
25] [Fil. 2:9: Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo.]
26] Ef. 1:22: Y sometió todas las cosas bajo sus pies [Sal. 8:6]; I Cor. 15:27; Heb. 2:8.
27] EUSEBIO (Demonstr. Evang., 1. 4, c. 13, p. 169, ed. París, 1628): El Verbo, sin embargo, comunica lo que es Suyo al hombre, pero no recibe, a su vez, lo que es del mortal; y Él imparte el poder divino al mortal, pero no es llevado, a su vez, a una participación de lo mortal [el Verbo del Padre ha comunicado por Sí mismo lo que era Suyo al hombre asumido; porque ha comunicado el poder divino a la naturaleza mortal asumida, pero no ha asumido para Sí mismo nada de la naturaleza mortal].
28] Además: Él hace a este mismo Uno (hombre) digno de la vida eterna que está con Él, y de la comunión en la Deidad y la bienaventuranza [es decir, el Verbo ha hecho al hombre asumido (concreto por lo abstracto) digno de la comunión en la Deidad, de la vida eterna y la bienaventuranza].
29] ATANASIO, en una carta a Epicteto (tomo 1, op. p. 589, ed. Colon.), citado también por Epifanio contra los Dimoeritas (Haeres., 77; Contra Dimoeritas, t. 2, op. p. 1005, ed. Colon.): "No para añadir a la divinidad se hizo carne el Verbo, sino para que la carne se levantara; no para que el Verbo fuera mejorado, salió de María; porque más bien hubo una gran adición al (cuerpo) humano de la comunión y unión con él del Verbo." [Es decir: Porque el Verbo no se hizo carne para que así se añadiera algo a la divinidad, ni para que el Verbo fuera llevado a un mejor estado, sino que de la comunión y unión del Verbo con la naturaleza humana más bien se ha añadido algo mayor a la naturaleza humana.]
30] EPIFANIO, en Haeresi, 69, (contra los Ariomanitas), p. 344 (p. 805, ed. Colon.): "Es manifiesto que la carne que era de María y vino de nuestra raza también fue transformada en gloria (en la transfiguración), habiendo adquirido, además, la gloria de la Deidad, el honor celestial y la perfección y gloria, que la carne no tenía desde el principio, sino que recibió allí en la unión con Dios el Verbo."
31] CIRILO, en lib. 5, Dialog. (t. 5, p. 562, ed. París, 1638): "¿Cómo, entonces, vivifica la carne de Cristo?" Y responde: "Según [A causa de] la unión con el Verbo viviente, que acostumbra comunicar las dotaciones de Su naturaleza a Su propio cuerpo."
32] TEODORETO, Ef. 1 (t. 3, p. 297, ed. París, 1642): "Sin embargo, que la naturaleza asumida de nosotros es partícipe del mismo honor con Aquel que la asumió, de modo que no aparece diferencia en la adoración, sino que la divinidad que no se ve es adorada a través de la naturaleza que se ve, – esto supera todo milagro."
33] DAMASCENO, en el Libro 3, De la Fe Ortodoxa, caps. 7,15: "Y esto [la naturaleza divina] [comunica o] imparte de sus propias excelencias a la carne, permaneciendo ella misma impasible, y no compartiendo las pasiones [sufrimientos] de la carne.
34] También, cap. 19: La Carne tiene comunión con la divinidad operante del Verbo, porque las operaciones divinas se ejecutan como a través del órgano del cuerpo, y porque El que obra tanto de manera divina como humana es uno. Porque es necesario saber que así como Su santa mente realiza también Sus operaciones naturales, etc., participa en la divinidad del Verbo, que obra y dispone y gobierna, percibiendo y conociendo y determinando todo [el universo entero], no como la mera mente del hombre, sino como siendo hecha una en persona con Dios, y como siendo constituida la mente de Dios.
35] Que Cristo ha recibido esta majestad en el tiempo, además, no según la divinidad, o la naturaleza divina, sino según Su naturaleza asumida, o según la carne, como hombre, o como el Hijo del Hombre, humanitus, ratione corporis seu humanitatis, propter carnem, quia homo aut filius hominis [humanamente, con respecto a Su cuerpo o humanidad, a causa de la carne, porque es hombre o el Hijo del Hombre]:
36] Heb. 1:3: Habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
37] Heb. 2:8-9: Pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte.
38] Lucas 22:69: Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios.
39] Lucas 1:32-33: El Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
40] Juan 5:26-27: Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.
41] ATANASIO, citado por Teodoreto, Diálogo 2, p. 330: "Ahora bien, todo lo que la Escritura dice que el Verbo recibió [en el tiempo], y en cuanto a lo que fue glorificado, lo dice por causa de Su humanidad, y no por causa de Su divinidad.
42] ATANASIO, en la Oración contra los Arrianos, 2 y 4 (f. 347. 490 f. 492, ed. Colon., 1686): "La Escritura no quiere decir que la sustancia del Verbo ha sido exaltada, sino que esto se refiere a Su humanidad, y se dice que Él es exaltado a causa de la carne. Porque siendo Su cuerpo, Él mismo es propiamente dicho como hombre ser exaltado y recibir algo con respecto a Su cuerpo, según la humanidad, porque el cuerpo recibe aquellas cosas que el Verbo siempre poseyó según Su propia deidad y perfección del Padre. Él dice, por lo tanto, que como hombre recibió el poder, que como Dios siempre tiene. Y El que glorifica a otros dice, 'Glorifícame', para mostrar que tenía una carne que carecía de tales cosas. Y, por lo tanto, cuando la carne de Su humanidad recibe esta glorificación, Él habla como si Él mismo la hubiera recibido.
43] Porque debemos tener en cuenta en todas partes [en las Sagradas Escrituras] que ninguna de esas cosas que dice que recibió, es decir, en el tiempo, las recibió de tal manera como si no las hubiera tenido; porque, siendo Dios y el Verbo, naturalmente las tenía siempre. Pero ahora dice que las recibió según la humanidad, para que, recibiendo Su carne en Sí mismo estas cosas, Él pudiera en el futuro entregarlas desde Su carne a nosotros para ser firmemente poseídas."
44] El mismo, Sobre la Humanidad Asumida, contra Apolinario (pp. 603 y 611, ed. Colon., 1686): "Cuando Pedro dice que Jesús fue hecho por Dios Señor y Cristo, no habla de Su divinidad, sino de Su humanidad. Su Verbo siempre fue Señor, ni se hizo Señor primero después de la cruz, sino que Su divinidad hizo Señor y Cristo a la humanidad."
45] También: "Todo lo que la Escritura dice que el Hijo ha recibido, lo entiende como habiendo sido recibido con respecto a Su cuerpo, y ese cuerpo es las primicias de la Iglesia. En consecuencia, Dios levantó y exaltó Su propio cuerpo primero, pero después los miembros de Su cuerpo." Con estas palabras, Atanasio explicó lo que poco después aplicó a su manera también a toda la Iglesia.
46] BASILIO EL GRANDE, Contra Eunomio, lib. 4 (p. 769, ed. París): "Que el Señor es celebrado, y recibe un nombre sobre todo nombre; también [que él dice]: 'Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra; vivo por el Padre; Glorifícame Tú con la gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese', etc., – debe entenderse de la encarnación, y no de la Deidad."
47] AMBROSIO, lib. 5 De Fide, cap. 6 (tomo 2, p. 109): "Has aprendido que Él puede sujetar todas las cosas a Sí mismo sin duda según la operación de la Deidad. Aprende ahora que Él recibe, según Su carne, todas las cosas como sujetas a Él, como está escrito, Ef. 1: Según la carne, por lo tanto, todas las cosas le son entregadas como sujetas."
48] El mismo, lib. 5, cap. 2 (p.99): "Porque Dios no da a los apóstoles participación en Su asiento, pero a Cristo, según Su humanidad, se le da participación en el asiento divino."
49] Y cap. 6 (p. 108): "En Cristo nuestra naturaleza común [humana], según la carne, ha obtenido la prerrogativa del asiento celestial."
50] CRISÓSTOMO, Heb, 1, Serm. 3, p. 117 (tomo 4; Homilías, 3, p. 1493): "[El Padre ha mandado] Diciendo con respecto a la carne, Y adórenle todos los ángeles de Dios."
51] TEÓFILO, sobre Juan 3 (p. 235; ed. París, 1631, f. 605): "Y Él dio todas las cosas en manos del Hijo, según la humanidad."
52] ECUMENIO, de Crisóstomo, Hebreos 1 (t. 2, op. p. 324, ed 1631): "Porque como el Hijo es Dios, tiene un trono eterno. ‘Tu trono,’ dice Dios, ‘es por los siglos de los siglos.’ Porque después de la cruz y la pasión fue digno de este honor, no como Dios, sino como hombre recibió lo que tenía como Dios.” Y poco después: “Como hombre, por lo tanto, escucha, ‘Siéntate a mi derecha.’ Porque como Dios tiene poder eterno."
53] CIRILO, libro 9 Tesoros, cap. 3 (tom. 2, p. 110): "Como hombre ascendió al poder de gobernar."
54] El mismo, libro 2, cap. 17: "Como hombre buscó su gloria, la cual siempre tuvo como Dios. Tampoco estas cosas fueron dichas por Él como si alguna vez hubiera estado despojado de su propia gloria, sino porque deseaba llevar su propio templo a la gloria que siempre tiene como Dios."
55] El mismo, libro 2, A las Reinas: "Que recibió gloria, poder y dominio sobre todas las cosas debe referirse a las condiciones [propiedades] de la humanidad."
56] TEODORO, sobre el Salmo 2 (t. 1, p. 242): "Aunque Cristo como Dios es Señor por naturaleza, también recibe poder universal como hombre."
57] Sobre el Salmo 110 (t. 1, p. 242): “‘Siéntate a mi derecha’ – esto fue dicho según la naturaleza humana. Porque como Dios tiene dominio eterno, así como hombre ha recibido lo que tenía como Dios. Por lo tanto, como hombre escucha [lo que se le dice], ‘Siéntate a mi derecha.’ Porque como Dios tiene dominio eterno."
58] El mismo, sobre Hebreos 1 (t. 2, p. 154): "Cristo siempre recibió adoración y culto de los ángeles, porque siempre fue Dios. Pero ahora también lo adoran como hombre."
59] LEO, Epístola 23 (fol. 99; Ep. [23 y 83] 46 y 97, ff. 261 y 317, ed. Lugd., 1700), tratando de Efesios 1, dice: "Que los adversarios de la verdad declaren cuándo o según qué naturaleza el Padre Todopoderoso elevó a su Hijo por encima de todas las cosas, o a qué sustancia [naturaleza] sometió todas las cosas. Porque a la Deidad, como al Creador, siempre le han estado sujetas todas las cosas. Si se le añadió poder, si la Sublimidad fue exaltada, era inferior a quien lo exaltó y no poseía la riqueza de esa naturaleza de cuya generosidad dependía. Pero una persona que sostiene tales puntos de vista es aceptada por Ario en su comunión."
60] El mismo, Epístola 83 (fol. 134): "Aunque en Cristo hay absolutamente una y la misma persona de la divinidad y la humanidad, sin embargo, entendemos que la exaltación y el nombre sobre todo nombre pertenecen a esa forma que debía ser enriquecida por el aumento de una glorificación tan grande. Porque con la encarnación no se le había retirado nada al Verbo que luego fuera devuelto por el don del Padre. Pero la forma de siervo es la humildad humana, que ha sido exaltada a la gloria del poder divino, para que las cosas divinas no se realicen sin el hombre, ni las cosas humanas sin Dios."
61] En el mismo lugar: "Todo lo que Cristo ha recibido en el tiempo lo ha recibido como hombre, a quien se le conceden esas cosas que no tenía. Porque, según el poder del Verbo, el Hijo también tiene todas las cosas que tiene el Padre, sin diferencia."
62] VIGILIO, libro 5, Contra Eutiques (Ep. 66 ss., ed. Divion., 1664.4): "La naturaleza divina no necesita ser elevada a honores, ni ser aumentada por avances de dignidad, ni recibir el poder del cielo y de la tierra por el mérito de la obediencia. Por lo tanto, según la naturaleza de la carne, Él adquirió estas cosas, quien según la naturaleza del Verbo nunca careció de ellas. Porque, ¿no tenía el Creador poder y dominio sobre su criatura, que en los últimos tiempos debiera obtenerlas como un regalo?"
63] NICÉFORO, libro 1, cap. 36 (fol. 86): "Cristo es visto por sus discípulos en la montaña de Galilea, y allí afirma que el más alto poder del cielo y de la tierra le ha sido entregado, es decir, según su humanidad."
64] Que, en primer lugar, las Sagradas Escrituras, y luego también los santos padres de la antigua Iglesia pura, hablan de este misterio también per vocabula abstracta, es decir, en palabras que indican expresamente la naturaleza humana en Cristo y se refieren a la misma en la unión personal, es decir, que la naturaleza humana ha recibido realmente y usa tal majestad:
65] Juan 6:54-55: El que come Mi carne y bebe Mi sangre tiene vida eterna... Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida.
66] 1 Juan 1:7: La sangre de Jesucristo, Su Hijo, nos limpia de todo pecado.
67] Hebreos 9:14: La sangre de Cristo, quien mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purga vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo.
68] Mateo 26:26-28: Tomad, comed; esto es Mi cuerpo... Bebed de él todos; porque esto es Mi sangre del nuevo pacto.
69] EUSTACIO, citado por Teodoreto, Diálogo 2 (p. 40): "Por lo tanto, profetizó que Él [Cristo el hombre, la naturaleza humana de Cristo] se sentaría en un trono santo, significando que se ha dado a conocer compartiendo el trono con el Espíritu Divino, debido a la morada inseparable de Dios en Él."
70] El mismo, citado en Gelasio: "El hombre Cristo, que creció en sabiduría, edad y gracia, recibió el dominio sobre todas las cosas."
71] El mismo, en el mismo lugar: "Cristo, en Su mismo cuerpo, vino a Sus apóstoles, diciendo: ‘Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra’; poder que el templo externo recibió, y no Dios, [es decir, según Su divinidad], quien construyó ese templo [de Su cuerpo] de extraordinaria belleza."
72] ATANASIO, Sobre la Confesión Ariana y Católica (t. 2, op. p. 579, ed. Colonia): "Dios no se transformó en carne o sustancia humana, sino que en sí mismo glorificó la naturaleza que asumió, de modo que la carne y naturaleza humana débil y mortal avanzó hacia [obtuvo] la gloria divina, para tener todo el poder en el cielo y en la tierra, que no tenía antes de ser asumida por el Verbo."
73] El mismo (l. c., pp. 597 y 603), Sobre la Humanidad Asumida, contra Apolinar (p. 530): Pablo, Filipenses 2, habla de un [Su] templo que es Su cuerpo. Porque no es el Altísimo, sino la carne, lo que es exaltado; y a Su carne le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre. Y añade una regla general: cuando la Escritura habla de la glorificación de Cristo, habla de la carne, que ha recibido gloria. Y todo lo que la Escritura dice que el Hijo ha recibido, lo declara con respecto a Su humanidad, y no a Su divinidad; como cuando el apóstol dice que en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, debemos entender que esta plenitud habita en la carne de Cristo.
74] El mismo, citado por Teodoreto, Diálogo 2 (t. 3, p. 286): "'Siéntate a mi derecha', ha sido dicho al cuerpo del Señor." También: "Por lo tanto, es el cuerpo al que Él dice: 'Siéntate a mi derecha.'"
75] ATANASIO, Sobre la Encarnación, citado en Cirilo en su Defensa del Octavo Anatema, y en su libro, Sobre la Verdadera Fe a las Reinas: "Si alguno dice que la carne de nuestro Señor como la de un hombre no es adorable y no debe ser adorada como la carne del Señor y Dios, la Santa Iglesia Católica lo anatematiza."
76] El mismo, Sobre la Humanidad Asumida (p. 603, ed. Colonia): "Todo lo que la Escritura dice que el Hijo ha recibido, se entiende que lo ha recibido con respecto a su cuerpo, y que este cuerpo es las primicias de la Iglesia. El Señor, por lo tanto, primero levantó y exaltó su cuerpo, pero después también a los miembros de su cuerpo."
77] HILARIO, libro 9 (p. 136): "Así, el hombre Jesús permaneció en la gloria de Dios el Padre, si la carne había sido unida a la gloria del Verbo, y la carne asumida poseía la gloria del Verbo." (Concreto por abstracto).
78] EUSEBIO DE EMESA, en su homilía del Sexto Día después de Pascua (Feria 6, paschatos en homilías 5, patrum, p. 297): "Quien, según su divinidad, siempre tuvo, junto con el Padre y el Espíritu Santo, poder sobre todas las cosas, ahora también según su humanidad ha recibido poder sobre todas las cosas, de modo que este hombre que sufrió no hace mucho tiempo gobierna sobre el cielo y la tierra, sí, hace aquí y allá todo lo que quiere."
79] GREGORIO DE NISA, citado por Gelasio y Teodoreto, Diálogo 2 (t. 2., p. 333): "'Por lo tanto, exaltado a la diestra de Dios' [Hechos 2:33]. ¿Quién, entonces, fue exaltado? ¿El humilde o el Altísimo? ¿Pero qué es humilde sino lo humano? ¿Qué es divino, aparte de lo Altísimo? Pero Dios, siendo el Altísimo, no necesita ser exaltado. Por lo tanto, el apóstol dice que la naturaleza humana fue exaltada, y que fue exaltada al convertirse en Señor y Cristo. Por lo tanto, por las palabras 'Lo ha hecho' el apóstol no expresa la existencia premundana [eterna] del Señor, sino el avance de lo que es bajo a lo Altísimo, es decir, a la diestra de Dios."
80] Y poco después: "Porque la diestra de Dios, el Creador de todas las cosas que existen, que es el Señor, por quien todas las cosas fueron hechas, y sin el cual ninguna de esas cosas que fueron hechas subsisten, ha elevado, a través de la unión, al hombre que ha sido unido con ella a su propia altura."
81] BASILIO EL GRANDE, Contra Eunomio, libro 2, p. 661): "[Cuando Pedro, en Hechos 2, dice:] 'Dios ha hecho a ese mismo Jesús, a quien crucificaron, Señor y Cristo', por la palabra demostrativa [ese mismo] se aplica casi completamente a su naturaleza humana, vista por todos." Poco después: "De modo que al decir, 'Dios lo ha hecho tanto Señor como Cristo,' dice que el poder y el dominio sobre todas las cosas le fueron confiados [a la humanidad] por el Padre."
82] EPIFANIO, Contra los Arrianitas (p. 327, t. 1; fol. 728, ed. París, 1638): "[Pedro, al agregar:] 'Este mismo Jesús a quien crucificaron' [indica la encarnación del Señor, y es evidente que está hablando de la carne], para que la santa disposición encarnada no fuera dejada por el Verbo impasible e increado, sino que se uniera arriba al Verbo increado. Por esta razón, Dios hizo lo que fue concebido de María y unido a la Deidad tanto Señor como Cristo."
83] AMBROSIO, libro 3, cap. 12, Del Espíritu Santo (t. 2, p. 157 [fol. 765, ed. Colonia]): "Los ángeles no solo adoran la divinidad de Cristo, sino también su escabel." Y después: "El profeta dice que la tierra que el Señor Jesús tomó sobre sí en la asunción de la carne debe ser adorada. Por lo tanto, por escabel se entiende la tierra, pero por tierra la carne de Cristo, que hoy también adoramos en los misterios, y que los apóstoles adoraron en el Señor Jesús, como hemos dicho antes."
84] AGUSTÍN, Sobre las Palabras del Señor, Discurso 58 (t. 10, p. 217): "Si Cristo no es Dios por naturaleza, sino una criatura, no debe ser adorado ni venerado como Dios. Pero a estas cosas responderán y dirán: ¿Por qué entonces adoras con su divinidad su carne, que no niegas que sea una criatura, y no eres menos devoto con ella que con la Deidad?"
85] El mismo, sobre el Salmo 99:5 (t. 8, p. 1103): "'Adoren su escabel.' Su escabel es la tierra, y Cristo tomó de la tierra su carne, porque la carne es de la tierra; y Él recibió carne de la carne de María. Y porque caminó aquí en esta misma carne, también dio esta misma carne para ser comida por nosotros para la salvación. Pero nadie come esa carne a menos que primero la adore. Por lo tanto, se ha encontrado el camino por el cual tal escabel del Señor puede ser adorado, de modo que no solo no pecamos al adorarlo, sino que pecamos al no adorarlo."
86] CRISÓSTOMO, sobre Hebreos 2 (p. 125): "Porque es realmente grandioso, maravilloso y lleno de asombro que nuestra carne esté sentada en lo alto, y sea adorada por ángeles y arcángeles, y por los serafines y querubines. Reflexionando sobre esto, a menudo me siento extasiado [parece que me pierdo a mí mismo]."
87] El mismo, sobre 1 Cor. 10 (p. 174, t. 6, p. 740, y t. 5, p. 261, ed. Fráncfort): "Este cuerpo, aun cuando yacía en el pesebre, los magos lo adoraron, etc.; y realizaron un largo viaje; y al llegar, lo adoraron con gran temor y temblor."
88] El mismo, en la Epístola 65 a León: "Aprendamos a conocer qué naturaleza es a la que el Padre dijo: Comparte Mi asiento. Es esa naturaleza a la que se le dijo: 'Polvo eres y al polvo volverás.'"
89] TEÓFILO, de Crisóstomo, sobre el capítulo 28 de Mateo (p. 311 [ed. Lutecia, 8, 1631, folios 184, 605): "Puesto que la naturaleza humana, recientemente condenada, unida en persona con Dios el Verbo, está sentada en el cielo, adorada por los ángeles, Él dice con propiedad: 'Todo poder me es dado en el cielo.' Porque también la naturaleza humana, que hasta hace poco servía, ahora en Cristo gobierna sobre todas las cosas."
90] El mismo, sobre el capítulo 3 de Juan: "También ha dado todas las cosas en manos del Hijo, según su humanidad."
91] CIRILO, Sobre la Encarnación, cap. 11 (t. 4, p. 241; t. 5, p. 695): "El Verbo se introdujo a sí mismo en lo que no era, para que la naturaleza del hombre también se convirtiera en lo que no era, resplandeciente, por su unión, con la grandeza de la majestad divina, que ha sido elevada más allá de la naturaleza en lugar de que haya arrastrado al Dios inmutable por debajo de [su] naturaleza."
92] Concilio de Éfeso (Cirilo, t. 4, p. 140 [Apología, contra Orient., t. 6, fol. 196]), en el Canon 11: "Si alguno no confiesa que la carne del Señor es vivificadora, porque fue hecha propia del Verbo, que vivifica todas las cosas, sea anatema."
93] Cirilo también (ibid., p. 140; t. 4, p. 85), en su explicación de esta anatema, dice que Nestorio se negó a atribuir la vivificación a la carne de Cristo, pero explicó los pasajes en Juan 6 como referidos únicamente a la divinidad."
94] TEODORETO, Diálogo 2: "Y (el cuerpo del Señor) fue considerado digno del asiento de la diestra, y es adorado por toda criatura, ya que se le llama el cuerpo del Señor de la Naturaleza [el cuerpo de Dios]."
95] El mismo, sobre el Salmo 8: "Tal honor, es decir, el dominio sobre el universo, la naturaleza humana en Cristo ha recibido de Dios."
96] LEO (fol. 94 [Ep. 25, fol. 246]), Epístola 11: "Es una promoción de lo que ha sido asumido [el hombre], y no de Aquel que asume [Dios], que Dios lo ha exaltado y le ha dado un nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre."
97] DAMASCENO, libro 3, cap. 18 (p. 251): "Por lo tanto, Su [de Cristo] voluntad divina era tanto eterna como omnipotente, etc. Pero Su voluntad humana no solo comenzó en el tiempo, sino que también soportó afectos naturales e inmaculados, y, en efecto, no era omnipotente por naturaleza; pero, al haberse convertido verdaderamente y por naturaleza en la voluntad del Verbo de Dios, también es omnipotente." Esto significa, según lo explicado por un comentarista: "La voluntad divina tiene, por su propia naturaleza, el poder de hacer todas las cosas que desea; pero la voluntad humana de Cristo no tiene el poder de hacer todo por su naturaleza, sino como unida al Verbo de Dios."
98] El mismo, cap. 19: "La carne tiene comunión con la divinidad operante del Verbo, porque las operaciones divinas se llevan a cabo a través del órgano del cuerpo, y porque el que obra tanto de manera divina como humana es uno. Porque es necesario saber que su santa mente también realiza sus operaciones naturales, etc., participa en la obra y dirección de la divinidad del Verbo, entendiendo y conociendo y dirigiendo todo [el universo], no como la mera mente de un hombre, sino como personalmente unida a Dios y constituida como la mente de Dios."
99] El mismo, en el mismo libro, cap. 21: "La naturaleza humana no posee esencialmente el conocimiento del futuro; pero el alma del Señor, a causa de la unión con el Verbo mismo y la identidad personal, era, además de otros criterios divinos, también rica en conocimiento del futuro."
100] Al final del capítulo: "Decimos que este Maestro y Señor de toda la creación, el único Cristo, que es al mismo tiempo Dios y hombre, también conoce todas las cosas. Porque en Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento."
101] NICÉFORO, libro 18, cap. 36: "Cristo es visto por sus discípulos en la montaña de Galilea, y allí afirma que el más alto poder en el cielo y en la tierra le ha sido entregado por el Padre, es decir, según su naturaleza humana."
102] Que las Sagradas Escrituras y los padres han entendido esta majestad que Cristo ha recibido en el tiempo no solo como dones creados de finitas cualidades, sino como la gloria y majestad de la divinidad que pertenecen a Dios, a la cual su naturaleza humana, en la persona del Hijo de Dios, ha sido exaltada, y así ha recibido el poder y la eficacia de la naturaleza divina, que son propios de la Deidad.
103] Juan 17:5: Y ahora, Padre, glorifícame Tú junto a Ti mismo, con la gloria que tuve contigo antes que el mundo existiera.
104] Colosenses 2:9: En Él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad.
105] HILARIO, Sobre la Trinidad, libro 3 (p. 28): "El Verbo hecho carne oró para que aquello que comenzó en el tiempo recibiera la gloria de ese esplendor que es eterno."
106] GREGORIO DE NISA, citado por Gelasio y Teodoreto, Diálogo 2, sobre la expresión de Pedro, Hechos 2: "Siendo exaltado por la diestra de Dios," etc. (t. 2, p. 333 [al. 330]): "Esta diestra de Dios, a través de la unión, elevó a su propia altura al Hombre unido a ella."
107] El mismo, Sobre el Alma: "El Verbo de Dios nunca es alterado por la comunión que tiene con el cuerpo y el alma, ni participa de su imperfección, sino que, transmitiéndoles el poder de su divinidad, permanece siendo el mismo que era antes de la unión."
108] BASILIO EL GRANDE, Sobre la Santa Natividad de Cristo (p. 231): "¿De qué manera está la Deidad en la carne? Como el fuego en el hierro, no por transición, sino por impartición. Porque el fuego no sale corriendo hacia el hierro, sino que, permaneciendo en su lugar, le imparte su propio poder peculiar, que no se disminuye por la impartición, y llena toda la masa que se convierte en partícipe de él."
109] EPIFANIO, en Ancoratus (fol. 504 [fol. 86, ed. Colonia]): "Fortaleciendo un cuerpo terrenal con divinidad, lo unió en un solo poder, lo llevó a una sola divinidad, siendo un solo Señor, un solo Cristo, no dos Cristos, ni dos Dioses."
110] CIRILO, sobre Juan, libro 4, cap. 23: "No estás del todo equivocado al negar que la carne es vivificadora. Porque si se entiende solo como carne, no puede vivificar nada, necesitando ella misma un vivificador. Pero cuando examinas el misterio de la encarnación con cuidado encomiable, y aprendes a conocer la vida que habita en la carne, creerás que, aunque la carne no puede hacer nada por sí misma, sin embargo, se ha vuelto vivificadora. Porque, al haber sido unida al Verbo vivificador, ha sido completamente hecha vivificadora. Porque la carne de Cristo no ha arrastrado hacia abajo la naturaleza incorruptible del Verbo de Dios que se ha unido a ella, sino que ella misma ha sido elevada al poder de la naturaleza superior. Aunque, por lo tanto, la naturaleza de la carne, en cuanto carne, no puede vivificar, sin embargo, lo hace porque ha recibido toda la operación del Verbo. Porque el cuerpo no de Pablo ni de Pedro ni de otros, sino el de la misma Vida en la que habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, puede hacerlo. Por lo tanto, la carne de todos los demás no puede hacer nada, pero solo la carne de Cristo puede vivificar, porque en ella habita el Hijo unigénito de Dios."
111] AGUSTÍN, Contra Feliciano el Arriano, cap. 11: "No reconozco que la Deidad haya experimentado la violencia hecha a Su cuerpo de la misma manera que sabemos que la carne fue glorificada por la majestad de la Deidad."
112] TEODORETO, cap. Sobre el Anticristo (t. 2, p. 411): "El Verbo que se hizo hombre no confirió una gracia parcial a la naturaleza asumida, sino que agradó [a Dios] que toda la plenitud de la Deidad habitara en ella."
113] El mismo, sobre el Salmo 21, t. 1, p. 110: "Si la naturaleza asumida ha sido unida con la divinidad que la asumió, también se ha convertido en partícipe y asociada de la misma gloria y honor."
114] El mismo, sobre Hebreos 1: "La naturaleza humana misma, después de la resurrección, alcanzó la gloria divina."
115] DAMASCENO, libro 3, caps. 7, 15: "Y esto (la naturaleza divina) imparte a la carne sus propias excelencias, permaneciendo ella misma [según su naturaleza] impasible y sin participar de las pasiones [sufrimientos] de la carne."
116] Que Cristo como Dios tiene la misma majestad divina de una manera, es decir, esencialmente y como su propiedad esencial, en sí mismo y por sí mismo; pero como hombre la tiene de otro modo, es decir, no esencialmente en sí mismo, sino por la causa y según el modo de la unión personal.
117] Juan 14:6: Yo soy la Vida.
118] Juan 5:26: Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo que tenga vida en sí mismo... porque es el Hijo del Hombre.
119] CIRILO, libro 12, Tesoros, cap. 15 (t. 2, p. 167 [t. 5, ed. París, 1638]): "Hay una condición y propiedad que pertenece a la criatura y otra al Creador, pero nuestra naturaleza, asumida por el Hijo de Dios, ha superado su medida, y por gracia ha sido transferida a la condición de Aquel que la asumió."
120] El mismo, sobre Juan, libro 2, cap. 144 (t. 1, p. 134 [t. 4, ed. París, 1638]): "Cristo añadió la razón por la que dijo que la vida y el poder de juzgar le fueron dados por el Padre, diciendo, Porque es el Hijo del Hombre, para que entendamos que todas las cosas le fueron dadas como hombre. Sin embargo, el Hijo unigénito no es partícipe de la vida, sino que es la vida por naturaleza."
121] El mismo, libro 3, cap. 37 (t. 1, p. 181): "El cuerpo de Cristo vivifica, porque es el cuerpo de la Vida misma, reteniendo el poder del Verbo encarnado, y lleno del poder de Aquel por quien todas las cosas son y viven."
122] El mismo, libro 4, cap. 14 (p. 201): "Puesto que la carne del Salvador fue unida al Verbo de Dios, quien es la Vida por naturaleza, fue hecha vivificadora."
123] Y cap. 18 (p. 204): "Mi cuerpo lo he llenado de vida, he asumido carne mortal; pero como soy naturalmente la Vida, habito en ella [la carne], y la he transformado completamente según Mi vida."
124] Cap. 24 (p. 210): "La naturaleza misma de la carne no puede por sí sola vivificar, ni se entiende que esté sola en Cristo, sino que ha sido unida al Hijo de Dios, quien es sustancialmente la Vida. Por lo tanto, cuando Cristo llama vivificadora a Su carne, no le atribuye a ella el poder de vivificar de la misma manera que a Él mismo o a Su propio Espíritu. Porque el Espíritu vivifica por sí mismo, a cuyo poder la carne se levanta por la unión. Pero cómo ocurre esto no podemos ni entenderlo con la mente ni expresarlo con la lengua, sino que lo recibimos en silencio y con fe firme."
125] El mismo, libro 10, cap. 13 (p. 501): "La carne de la vida, habiéndose hecho la carne del Unigénito, ha sido llevada al poder de la vida."
126] El mismo, libro 11, cap. 21 (p. 552): "La carne misma de Cristo no era santa por sí misma, pero, transformada de una manera particular por la unión con el Verbo en el poder del Verbo, es la causa de salvación y santificación para quienes participan de ella. Por lo tanto, atribuimos la eficacia de la obra divina no a la carne como carne, sino al poder del Verbo."
127] Libro 6, Diálogo (t. 5, op. ed. cit.): "Es glorificado por el Padre, no porque sea Dios, sino porque era hombre; pues, al no tener como fruto de su propia naturaleza el poder de obrar con eficacia divina, lo recibió de una manera particular por la unión y la concurrencia inefable que se entiende que el Verbo de Dios tiene con la humanidad."
128] El mismo, Sobre la Verdadera Fe, a Teodosio (p. 278): "Ha introducido su vida en el cuerpo asumido por la misma dispensación de la unión."
129] En el mismo lugar (p. 279): "El Verbo vivifica debido a su nacimiento inefable del Padre viviente. Sin embargo, debemos ver dónde también se atribuye la eficacia de la gloria divina a su propia carne." También: "Confesaremos que, con respecto a la capacidad de vivificar, la carne terrenal es inoperante en cuanto a su propia naturaleza."
130] EPIFANIO, Contra los Arrianitas, p. 337 (Haeres., 69; p. 789, ed. Colonia): "Porque su naturaleza humana no era algo que existiera aparte por sí misma, ni hablaba con la divinidad separada y la naturaleza humana existiendo por separado, como si fueran personas diferentes, sino con la naturaleza humana unida a la divina (habiendo una única consagración), y en la misma incluso ahora conociendo las cosas más perfectas, estando ahora unida en Dios y unida a la única Deidad."
131] AGUSTÍN, Sobre las Palabras del Señor, Discurso 58 (t. 10, pp. 217-218): "De hecho, adoro la carne del Señor, sí, la humanidad perfecta en Cristo, porque ha sido asumida por la divinidad y unida a la Deidad, y confieso que no hay dos personas diferentes, sino que el único y mismo Hijo de Dios es Dios y hombre. En resumen, si separas al hombre de Dios, no creeré ni le serviré."
132] También: "Si alguien desprecia adorar a la humanidad, no desnuda o sola, sino unida a la divinidad, es decir, al único Hijo de Dios, verdadero Dios y verdadero hombre, morirá eternamente."
133] El mismo, De Civitate, libro 10, cap. 24: "La carne de Cristo, por lo tanto, no limpia a los creyentes por sí misma, sino a través del Verbo, por quien fue asumida."
134] CONCILIO DE ÉFESO, Canon 11 (en Cirilo, t. 6, p. 196): "Si alguno no confiesa que la carne del Señor es vivificadora, por la razón de que fue apropiada por el Verbo, que vivifica todas las cosas, sea anatema."
135] TEÓFILO, sobre Juan 3 (pp. 605, 184, ed. cit.): "Y Él ha dado todas las cosas en manos del Hijo, según la humanidad. Pero si también según la divinidad, ¿qué significa? El Padre ha dado todas las cosas al Hijo por razón de la naturaleza, no de la gracia."
136] El mismo, sobre Mateo 28: "Si entiendes la declaración: 'Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra,' como hablada del Verbo de Dios, el significado será que tanto los que no querían como los que querían ahora me reconocen como Dios, quienes antes me servían de manera involuntaria. Pero si se entiende de la naturaleza humana, compréndelo así: Yo, la naturaleza previamente condenada, pero siendo Dios según la unión inconfundida con el Hijo de Dios, he recibido poder sobre todas las cosas."
137] DAMASCENO, (libro 3, cap. 17): "Porque no según su propia operación [de la carne], sino por el Verbo unido a ella, obró cosas divinas, el Verbo mostrando a través de ella su propia operación. Porque el hierro ardiente no quema por poseer naturalmente el poder de quemar, sino por poseerlo debido a su unión con el fuego. Por lo tanto, en sí misma era mortal, y a causa de su unión personal con el Verbo, vivificadora."
138] El mismo (cap. 18): "Su [de Cristo] voluntad divina era tanto eterna como omnipotente, etc. Pero su voluntad humana no solo comenzó en el tiempo, sino que también soportó afectos naturales e inmaculados, y naturalmente no era omnipotente; pero, habiéndose convertido verdaderamente y por naturaleza en la voluntad del Verbo de Dios, también es omnipotente." Esto es, según lo explicado por un comentarista: "La voluntad divina tiene, por su propia naturaleza, el poder de hacer todas las cosas que desea; pero la voluntad humana de Cristo no tiene el poder de hacer todo por su naturaleza, sino como unida al Verbo de Dios."
139] El mismo, en el mismo libro, cap. 21: "La naturaleza humana no posee esencialmente el conocimiento del futuro; pero el alma del Señor, a causa de la unión con el Verbo y la identidad personal con el mismo, era, además de otros criterios divinos, también rica en el conocimiento del futuro."
140] Y al final del capítulo: "Decimos que el único Cristo, Maestro y Señor de toda la creación, al mismo tiempo Dios y hombre, conoce también todas las cosas. Porque en Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento."
141] El mismo (libro 2, cap. 22): "Porque aunque [el alma del Señor] era de una naturaleza que ignoraba el futuro, sin embargo, al estar personalmente unida al Verbo, tenía el conocimiento de todas las cosas, no por gracia, sino por la unión personal." Y poco después: "Y dado que en nuestro Señor Jesucristo las naturalezas son distintas, las voluntades naturales, es decir, los poderes de la voluntad, también son distintos."
142] Poco después: "Y ya que en nuestro Señor Jesucristo las naturalezas son distintas, las voluntades naturales, es decir, las potencias de la voluntad, también son distintas."
143] Que ahora la naturaleza divina manifiesta poderosamente y ejerce realmente su majestad, poder y eficacia (que es y permanece peculiar de la naturaleza divina) en, con y a través de la naturaleza humana unida personalmente a ella; que tiene tal majestad porque toda la plenitud de la Deidad habita personalmente en la carne y la sangre asumidas de Cristo.
144] Romanos 3:25: A quien Dios exhibió como propiciación mediante la fe en Su sangre.
145] Romanos 5:9: Siendo ahora justificados por Su sangre.
146] Colosenses 1:20: Habiendo hecho la paz por la sangre de Su cruz, por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo.
147] ATANASIO, Oración 4, Contra los Arrianos (Epístola a Adelfio, contra los arrianos, t. 1, p. 161, ed. Colonia): "¿Por qué no debe ser adorado el cuerpo del Señor cuando el Verbo, al extender Su mano corporal, sanó al enfermo de fiebre, y al pronunciar una voz humana levantó a Lázaro, y al extender Sus manos en la cruz derribó al príncipe del aire?"
148] El mismo, Diálogo 5, Sobre la Trinidad (t. 2, op. f. 257): "Dios el Verbo, habiéndose unido al hombre, realiza milagros, no aparte de la naturaleza humana, sino que le agradó obrar Su poder divino a través de ella y en ella y con ella."
149] Y poco después: "Y según Su buen placer, Él perfecciona la humanidad por encima de su propia naturaleza, y no impide que siga siendo un ser racional viviente [criatura, y una verdadera naturaleza humana]."
150] CIRILO, De Recta Fide ad Theodosium (t. 5, op.): "El alma, habiendo obtenido la unión con el Verbo, descendió al infierno; pero, usando su poder y eficacia divina, dijo a los que estaban encadenados: Salgan."
151] El mismo, libro 1, Ad Reginas: "Cristo como Dios vivifica a través de Su propia carne."
152] Y que esta comunicación de la majestad divina ocurre también en gloria, sin mezcla, aniquilación o negación de la naturaleza humana.
153] Mateo 16:27: El Hijo del Hombre vendrá en la gloria de Su Padre.
154] Y Hechos 1:11: Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera que le habéis visto ir al cielo.
155] ATANASIO, Diálogo 5, Sobre la Trinidad (t. 2, f. 257, ed. Colonia): "Y según Su buen placer, perfecciona la humanidad por encima de su propia naturaleza, y no impide que siga siendo un ser racional viviente [criatura, y una verdadera naturaleza humana]."
156] TEÓFILO, de Crisóstomo, sobre Mateo 28 (p. 184): "Yo, anteriormente la naturaleza condenada, siendo Dios según la unión inconfundida con el Hijo de Dios, he recibido poder sobre todas las cosas."
157] CIRILO, libro 4, cap. 24 (t. 4, p. 377, y 3, f. 783): "Él ha mostrado que todo Su cuerpo está lleno de la energía vivificadora del Espíritu, no porque haya perdido la naturaleza de la carne y se haya transformado en el Espíritu, sino porque, estando unido al Espíritu, ha adquirido todo el poder para vivificar."
158] El mismo, Sobre la Encarnación, cap. 8: En un carbón, como ilustración, podemos ver cómo el Verbo de Dios, unido en verdad a la humanidad, ha transformado la naturaleza asumida en su gloria y eficacia. Como el fuego se adhiere a la madera, así Dios se ha unido a la humanidad de una manera que no puede ser comprendida, confiriendo también a ella la operación de Su naturaleza."
159] TEODORETO, Diálogo 2 (t. 4, f. 82 y 112): "Y en consecuencia, el cuerpo del Señor resucitó incorruptible e impasible e inmortal, y glorificado con gloria divina, y es adorado por los poderes celestiales. Sin embargo, sigue siendo un cuerpo, teniendo la circunscripción anterior."
160] El mismo, en Diálogo 3, aprueba esta frase de Apolinar: "Si la mezcla del fuego con el hierro, que muestra que el hierro es fuego, de modo que también hace aquellas cosas que pertenecen al fuego, no cambia la naturaleza del hierro, tampoco, por lo tanto, la unión de Dios con el cuerpo cambia el cuerpo, aunque le otorga al cuerpo operaciones divinas."
161] DAMASCENO, libro 3, cap. 17: "La carne del Señor fue enriquecida con operaciones divinas por su completa unión personal con el Verbo, en ningún modo habiendo sufrido pérdida respecto a aquellas cosas que son por naturaleza propias de ella."
162] El mismo, libro 2, cap. 22: "Porque aunque [el alma del Señor] era de una naturaleza que ignoraba el futuro, sin embargo, al estar personalmente unida al Verbo de Dios, tenía el conocimiento de todas las cosas, no por gracia, sino por la unión personal." Y poco después: "Y ya que en nuestro Señor Jesucristo las naturalezas son distintas, las voluntades naturales, es decir, las potencias de la voluntad, también son distintas."
163] También, que según la naturaleza y a causa de la unión personal, la naturaleza humana es partícipe y capaz de la majestad divina que pertenece a Dios.
164] Colosenses 2:9.3: En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento.
165] JUSTINO, en Expositio Fidei, p. 182 [f. 389, ed. Colonia, 1686]: "No decimos que Él esté en el Padre como en otros; no porque la esencia que está en los demás esté contraída, sino por la capacidad limitada de aquellos que lo reciben y no son suficientes para la admisión de Dios."
166] También: "Porque un cuerpo manchado no recibe los rayos de la divinidad."
167] Y poco después: "Así consideramos al Sol de Justicia en sustancia igualmente presente en todas las cosas, en tanto que Él es Dios; pero todos nosotros, siendo débiles y con ojos nublados por la suciedad de los pecados, somos incapaces de recibir la luz, aunque Su propio templo, Su ojo purísimo, es capaz del esplendor de toda la luz, ya que ha sido formado por el Espíritu Santo y está completamente separado del pecado."
168] ORÍGENES, De Principiis, libro 2, cap. 6 (t. 1, op. f. 698 y 749, ed. Basil.): "Toda el alma de Cristo recibe todo el Verbo, y pasa [es recibida] a Su luz y esplendor."
169] Libro 4: "El alma de Cristo, unida al Verbo de Dios, ha sido completamente capaz de recibir al Hijo de Dios."
170] AGUSTÍN, Epístola 57: "Aunque Dios está presente en su totalidad en todas las criaturas y habita especialmente en los creyentes, sin embargo, no lo reciben completamente, sino que, según la diferencia en su capacidad, algunos lo poseen y reciben más, y otros menos. Pero de nuestra Cabeza, Cristo, el apóstol dice: En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad."
171] Aunque se sabe y es innegable que la Deidad, junto con su majestad divina, no debe estar circunscrita localmente por la carne, como si estuviera encerrada en un vaso, como correctamente escribieron Atanasio, Orígenes, Gregorio de Nisa, y otros, y también el Libro de la Concordia [p. 1019] rechaza expresamente como un error la enseñanza de que la humanidad de Cristo ha sido expandida localmente a todos los lugares, o que, por la unión personal, la naturaleza humana en Cristo ha sido transformada en una esencia infinita; sin embargo, puesto que las naturalezas divina y humana están unidas personal e inseparablemente en Cristo, las Sagradas Escrituras y los santos padres testifican que dondequiera que esté Cristo, no está la mitad de su persona, o solo una mitad, o solo una parte de su persona, por ejemplo, la divinidad sola, separada y desnuda, menos y sin su humanidad asumida unida personalmente o separada de ella, y fuera de la unión personal con la humanidad; sino que su persona entera, es decir, como Dios y hombre, según el modo de la unión personal con la humanidad, que es un misterio inescrutable, está presente en todas partes de una manera y medida que solo Dios conoce.
172] Efesios 4:10: Ascendió mucho más allá de todos los cielos, para llenarlo todo. Esto lo explica Ecumenio así: "Porque, en verdad, hace mucho tiempo llenó todas las cosas con su mera divinidad; y al haberse encarnado, para que llenara todas las cosas con su carne, descendió y ascendió."
173] Y TEÓFILO, sobre el mismo pasaje (Comentario sobre Efesios, p. 535, ed. Londres, 1636): "Para que llenara todas las cosas con su dominio y obra, y para que, en la carne, llenara todas las cosas con su divinidad. Estas cosas, sin embargo, están en contra de Pablo de Samosata y Nestorio."
174] LEO, Epístola 10 (Ep. 24, cap. 5, p. 245, y en Serm., f. 121, ed. cit.): "La Iglesia Católica vive y avanza en esta fe, que en Cristo Jesús no se cree ni la humanidad sin la verdadera divinidad, ni la divinidad sin la verdadera humanidad."
175] El mismo, en Discurso 3, Sobre la Pasión: "Esta es la fe católica que enseña, esta es la que requiere, que sepamos que en nuestro Redentor se han unido dos naturalezas, y que, mientras sus propiedades permanecieron, tal unión de ambas sustancias ha ocurrido que, desde el tiempo en que el Verbo se hizo carne en el seno de la Santísima Virgen, no debemos pensar en Dios sin esto, que Él es hombre; ni en el hombre sin esto, que Él es Dios."
176] En el mismo lugar: "Cada naturaleza, por operaciones distintas, declara su autenticidad, pero ninguna se separa de la conexión con la otra; aquí nada de lo que pertenece a una falta a la otra; sino que Dios asumió al hombre entero, y así se unió a sí mismo con el hombre y al hombre con Él mismo, de modo que cada naturaleza está en la otra, y ninguna pasó a la otra con pérdida de sus propios atributos."
177] Pero dado que en este artículo tal enseñanza está dirigida especialmente a que sepamos dónde debemos buscar y aprehender a la persona entera del Mediador, Dios y hombre, el Libro de la Concordia, así como todos los demás santos padres, nos dirige, no a la madera o piedra o cualquier otra cosa, sino a aquello a lo que Cristo nos ha señalado y dirigido en y con Su Palabra.
178] CIRILO, libro 2, Juan, cap. 32 (t. 3, p. 1063, ed. cit.): "Las vestiduras de Cristo fueron divididas en cuatro partes, y solo Su manto permaneció sin dividirse, lo cual, diré, era una señal de un misterio. Porque los cuatro confines del mundo, traídos a la salvación, han compartido la vestidura del Verbo, es decir, Su carne, de tal manera que no se ha dividido. Porque el Unigénito, pasando a cada uno para ser compartido por cada uno, y santificando su alma y cuerpo por Su carne, está en todos de manera indivisible y completa, ya que siendo uno, está en todas partes sin ser de ninguna manera dividido."
179] TEÓFILO, sobre Juan, cap. 19 (f. 825, ed. cit.): "Por lo tanto, el santo cuerpo de Cristo es indivisible, siendo dividido y distribuido entre los cuatro confines de la tierra; porque, siendo distribuido individualmente entre ellos, y santificando el alma de cada uno con el cuerpo, el Unigénito está completamente e indivisiblemente en todos, estando en todas partes; porque de ninguna manera ha sido dividido, como también exclama Pablo."
180] CRISÓSTOMO (t. 4, p. 1773, ed. Basilio y t. 6, f. 846, ed. Frankfurt), Homilía 17, Ad Hebreos, p. 16 (y Ambrosio, cap. 10, Ad Hebraicos): "Puesto que Él es ofrecido en muchos lugares, ¿hay muchos Cristos? En absoluto. Pero el único Cristo está en todas partes, estando completamente aquí y completamente allá, un solo cuerpo. Porque así como Él que es ofrecido en muchos lugares es un solo cuerpo, y no muchos cuerpos, así también es un solo sacrificio. Él es ese Sumo Sacerdote nuestro que ha ofrecido el sacrificio que nos limpia. Nosotros también ahora ofrecemos aquello que, habiendo sido entonces ofrecido, no fue consumido. Esto se hace en conmemoración de aquello que fue hecho entonces. 'Haced esto', dice Él, 'en memoria de Mí.' Porque no hacemos otro sacrificio, como el sumo sacerdote, sino siempre el mismo. Más bien traemos a la memoria el sacrificio." (Nota: Contra el sacrificio propiciatorio de la Misa de los papistas.)
CONCLUSIÓN
181] Querido lector cristiano, estos testimonios de los antiguos maestros de la Iglesia han sido aquí expuestos, no con el sentido de que nuestra fe cristiana esté fundada en la autoridad de los hombres. Porque la verdadera fe salvadora debe estar fundada no en maestros de la iglesia, ni antiguos ni nuevos, sino únicamente en la Palabra de Dios, que está contenida en las Escrituras de los santos profetas y apóstoles, como testigos indiscutibles de la verdad divina. Pero dado que los espíritus fanáticos, mediante el astuto y peculiar arte de Satanás, desean apartar a los hombres de las Santas Escrituras, que, ¡gracias a Dios!, incluso un laico común ahora puede leer provechosamente, hacia los escritos de los padres y los antiguos maestros de la iglesia como en un vasto océano, de modo que quien no los haya leído no puede saber con precisión si ellos y sus escritos son como estos nuevos maestros citan sus palabras, y así queda en una duda grave, hemos sido compelidos por medio de este Catálogo a declarar, y mostrar a la vista de todos, que esta nueva falsa doctrina tiene tan poco fundamento en los antiguos maestros puros de la iglesia como en las Santas Escrituras, sino que se opone diametralmente a ellos. Sus testimonios los citan en un sentido falso, contrario a la voluntad de los padres, tal como pervierten intencionadamente y con mala voluntad las palabras simples, claras y sencillas del testamento de Cristo y los testimonios puros de las Santas Escrituras. Por esta razón, el Libro de la Concordia dirige a todos a las Santas Escrituras y al Catecismo sencillo; porque quien se aferre a esta forma sencilla con verdadera fe simple provee lo mejor para su alma y conciencia, ya que está edificada sobre una Roca firme e inamovible, Mateo 7 y 17; Gálatas 1; Salmo 119.