Oremos

Si tienes una familia, debes aprender la Palabra de Dios juntos y orar juntos. Hagan esto al menos una vez al día para ver el mejor crecimiento en conocer al Señor y bendecir sus vidas con Su paz y bondad que encontrarán a través de Su Palabra. Siéntense juntos, tal vez en una comida, lean un párrafo o un capítulo de la Biblia, comenzando con los evangelios, digan el Credo de los Apóstoles y recen el Padre Nuestro. Esto cambiará a tu familia de maneras que no esperas, pero será maravilloso verlo y vivirlo.

Por ejemplo, tenemos oraciones diarias que solemos usar cada día:

Mañana

Te doy gracias, Padre celestial, mediante Jesucristo, tu amado Hijo, porque me has protegido en la noche pasada de todo mal y peligro, y te ruego que también en este día me guardes de pecado y todo mal, para que te agraden mi vida y todas mis obras. En tus manos encomiendo mi cuerpo, mi alma y todo cuanto soy y tengo. Tu santo ángel sea conmigo, para que el maligno no tenga ningún poder sobre mí. Amen.

Oración de la Comida

Líder: Los ojos de todos esperan de ti que tú les des su comida a su tiempo. Abres tu mano y con tu buena voluntad satisfaces a todos los seres vivos. [Salmo. 145:15-16]

Todos: Señor Dios, Padre Celestial, bendícenos y bendice estos tus dones que recibimos de tu gran bondad, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Noche

Te doy gracias, Padre celestial, mediante Jesucristo, tu amado Hijo, porque me has protegido con tu gracia durante el día. Te ruego que me perdones todos mis pecados que he cometido y con los cuales he hecho mal, y me guardes con tu gracia en esta noche. En tus manos encomiendo mi cuerpo, mi alma y todo cuanto soy y tengo. Tu santo ángel sea conmigo, para que el maligno no tenga ningún poder sobre mí. Amén.

Antes de Viajar

Señor Dios, nuestro Padre, Tú cuidaste de Abraham y Sara, y los protegiste durante los días de su peregrinaje. Tú guiaste a los hijos de Israel en medio del cruce del mar, y por una estrella Tú condujiste a los hombres sabios hacia el niño Jesús. Protege y guíanos ahora que nos disponemos a viajar. Haz seguros nuestros caminos y gozoso nuestro regreso, y por último tráenos a nuestro hogar celestial, donde Tú vives en gloria con tu Hijo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.