512 - EL PEREGRINO DE EMAÚS

1. ¿Qué llevabas conversando? Me dijiste, buen amigo,
Y me detuve asombrado a la vera del camino.
¿No sabes lo que ha pasado ayer en Jerusalén,
De Jesús de Nazaret, a quien clavaron en cruz?
Por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús.

Estribillo: Por la calzada de Emaús un peregrino iba conmigo,

No lo conocí al caminar; ahora sí, en la fracción del pan.

2. Van tres días que se ha muerto y se acaba mi esperanza;
Dicen que algunas mujeres al sepulcro fueron de alba;
Pedro, Juan y algunos otros hoy también allá buscaron.
Mas se acaba mi confianza; no encontraron a Jesús.
Por eso me vuelvo triste a mi aldea de Emaús. Estr.

3. ¡Qué tardíos corazones! ¡Qué ignoráis a los profetas!
En la ley ya se anunció que el Mesías padeciera
Y por llegar a la gloria escogiera la aflicción.
En la tarde de aquel día yo sentí que con Jesús
Nuestro corazón ardía a la vista de Emaús. Estr.

4. Hizo señas de seguir más allá de nuestra aldea;
Ya la luz del sol poniente pareció que se muriera.
¡Quédate forastero! Ponte a la mesa y bendice;
Y al destello de tu luz, en la bendición del pan,
Mis ojos conocerán al amigo de Emaús. Estr.

Letra: Esteban Gumucio, 1914-2001

Música: Andrés Opazo, n. 1937

Lc 24:13-32

Letra: © Los Perales, 1962

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