Compromiso Confesional en Latinoamérica

Digitalización del Libro de Concordia de 1580
del Seminario Concordia de Buenos Aires

Rev. Adrián Correnti de la Iglesia Evangelica Luterana de Argentina, con una copia del Libro de Concordia de 1580 en sus manos.

-Rev. Adrián Correnti

Los “Símbolos” generales y particulares

“El Libro de Concordia es el título del corpus doctrinae luterano, es decir, de los símbolos reconocidos y publicados bajo ese nombre por la Iglesia Luterana. La palabra símbolo, del griego symbolon, se deriva del verbo symballein, de este mismo idioma, y se usa para comparar dos cosas a fin de percibir la relación y asociación que existe entre una y otra. Así, symbolon produjo el significado de tessara, o señal, muestra, divisa, consigna, promesa, contraseña, confesión, credo. Por lo tanto, un símbolo cristiano es una señal mediante la cual son conocidos los cristianos. Y ya que el cristianismo consiste esencialmente en creer las verdades del Evangelio, su símbolo es necesariamente una confesión de la doctrina cristiana. Por consiguiente, la Iglesia, desde el principio, ha definido y considerado sus símbolos como regla de la fe o regla de la verdad. Dice San Agustín: ‘Symbolum est regula fidei brevis et grandis: brevis numero verborum, grandis pondere sententiarum’. (Un símbolo es una regla de la fe tanto breve como grande: breve, en lo que respecta al número de palabras; grande, en lo que respecta el peso de sus pensamientos).

San Cipriano fue el primero que aplicó el término «símbolo» a la confesión que se hace en el bautismo, porque, según él, esa confesión distinguía a los cristianos de los no lo eran. Ya al principio del siglo IV el Credo Apostólico era llamado «símbolo» universalmente; y en la Edad Media este nombre se aplicaba también a los Credo Niceno y al Credo de Atanasio. En la «Introducción» al Libro de Concordia los confesores luteranos llaman a la Confesión de Augsburgo como el «símbolo de nuestra fe», y en el Epítome de la Fórmula de Concordia la llaman «nuestro símbolo de este tiempo».

Los símbolos pueden dividirse en las siguientes clases: 1) símbolos ecuménicos, que, por lo menos en el pasado, han sido aceptados por toda la cristiandad, y todavía son aceptados formalmente por la mayor parte de las iglesias evangélicas; 2) símbolos particulares adoptados por las varias denominaciones de la cristiandad dividida; 3) símbolos privados, o sea, los que han sido formulados y publicados por una sola persona, por ejemplo, la Confesión de Lutero acerca de la Santa Cena, 1528. La publicación de confesiones privadas no quiere decir necesariamente que el que las publica incurre en una impropiedad; pues según San Mateo 10:32-33 y 1 San Pedro 3:15 no solo la Iglesia como entidad, sino también cada cristiano individualmente tiene el privilegio y el deber de confesar la verdad cristiana para defenderla de los que la atacan. Es evidente que solo son símbolos de iglesias particulares aquellos que han sido aprobados y adoptados por esas iglesias. Los símbolos de la Iglesia, dice la Fórmula de Concordia, “no deben tener su fundamento en escritos privados, sino en aquellos libros que han sido producidos, aprobados y recibidos en nombre de las iglesias que prometen confesar una sola doctrina y religión.

No habiendo sido adoptados formal y explícitamente por todos los cristianos, las Confesiones Luteranas se consideran generalmente símbolos particulares. Pero ya que están en completo acuerdo con la Sagrada Escritura, y en este respecto difieren de todos los símbolos particulares, las Confesiones Luteranas son por cierto de carácter ecuménico y católico. Contienen las verdades que son creídas universalmente por los verdaderos cristianos en todo lugar, explícitamente por todos los cristianos consecuentes, implícitamente aún por cristianos inconsistentes y que se hallan en error. La verdad cristiana, puesto que es una y la misma por todo el mundo, no es otra que la que se encuentra en las Confesiones Luteranas”1.

1 Revista Teológica [“Voz Luterana”] N° 1, Primer Trimestre, 1954, Año 1, Seminario Concordia, Buenos Aires, p. 3-5.

De izquierda a derecha: Romina Derudi, Enzo Praderio y el pastor Adrián Correnti

Análisis del Libro de Concordia a mediados del siglo XIX

“El Libro de Concordia es la colección de todas las Confesiones simbólicas, los credos y las doctrinas de la Iglesia Luterana. Estos son: 1) Los tres Símbolos ecuménicos; 2) la Confesión de Augsburgo inalterada; 3) la Apología; 4) los Artículos de Esmalcalda; 5) el Catecismo Menor de Lutero; 6) El Catecismo Mayor de Lutero; y 7) La Fórmula de Concordia.

La publicación del Libro de Concordia comenzó por orden del elector de Sajonia en 1578, bajo la dirección del Dr. Jacobo Andreae, con quien Peter Glaser, archidiácono, y Casper Fuger, diácono de Kreuzkirk en Dresde, colaboraron como correctores de imprenta. La publicación de esta obra tuvo lugar el mismo día del mes, 25 de junio de 1580, que la de la Confesión de Augsburgo en 1530.

Esto debe entenderse del texto alemán, y cabe destacar en particular que las copias de 1580 presentan variaciones que demuestran que se realizaron alteraciones, no solo durante la impresión, sino que se realizaron varias ediciones en el mismo año. Feuerlein enumera siete ediciones de 1580. Ahora bien, cabe preguntarse cuál es la edición original, y si estas siete ediciones no pueden reducirse a un número menor, al observar que se introdujeron alteraciones como consecuencia de las correcciones recibidas durante el paso de la primera edición por la imprenta, si bien sigue siendo inadmisible que una obra tan completa se haya reimpreso tantas veces en menos de dos años.

Köilner, a quien Franke y nosotros seguimos, con gran propiedad da gran peso a la evidencia de [Martin] Chemnitz, quien solo conoce dos ediciones: la primera, en la que se encuentra una errata, y otra edición publicada en Dresde, en la que se corrigen estas erratas. Si hubiera habido otras ediciones independientes, Chemnitz sin duda las habría mencionado. Así, [Leonard] Hutter también menciona solo dos ediciones, señalando la ausencia de las firmas sajonas en la primera como la diferencia distintiva entre ambas.

Todas las variaciones que aparecen en las siete ediciones enumeradas por Feuerlein pueden explicarse fácilmente como alteraciones de algunas páginas de las dos ediciones, ya que los números 27 y 28 pertenecen a la primera edición, y los números del 20 al 33 a la segunda. Pero las señales por las que se puede distinguir la editio princeps son las siguientes:

1) Tiene una «Errata» adjunta.

2) Menciona un período de 25 años, que en otras ediciones se dice que es de 30 años.

3) El artículo vigésimo de la Confesión de Augsburgo se mantiene según las ediciones alemanas de 1531.

4) Contiene los artículos relativos a las ceremonias litúrgicas del matrimonio y del bautismo1; o donde faltan, tiene los números de página 169, 170, 171, 172, 173, todos impresos en la última página del Catecismo Menor, para preservar una similitud en la designación de páginas con las copias ya publicadas.

5) El texto en latín está impreso en letra cursiva.

6) El Catálogo de Testimonios se denomina Apéndice 2.

7) Al final del libro, después de las firmas, se encuentra una página especial sobre la cual se encuentran los versículos primero y segundo del Salmo nueve, y luego una xilografía donde aparecen, en un círculo, los nombres de los impresores Matthes Stöckel y Gimel Bergen, con la fecha de 1579; debajo, se repiten de la siguiente manera: «Impreso en Dresde, en la residencia de la corte del elector de Sajonia, por Mathes Stöckel y Gimel Bergen».”3

1 “Todas las versiones del Catecismo Menor de Lutero publicadas durante su vida y la versión impresa en la primera edición del Libro de la Concordia en 1580 contenían las órdenes de Lutero para el bautismo y el matrimonio” (The Book of Concord: the confessions of the Evangelical Lutheran Church; ed. Robert Kolb, Timothy J. Wengert; trad. Charles Arand; Minneapolis: 2000 Augsburg Fortress, p. ix). “Mientras que los sajones consideraban el orden de Lutero para el bautismo y el matrimonio como parte integral de su Catecismo (lo cual históricamente era) y, por lo tanto, como parte del Libro de Concordia, existían reservas por parte de los luteranos del sur. Andreae los consideraba parte del orden eclesiástico, no de la doctrina. […] De las tres copias auténticas del texto alemán depositadas en los archivos de Dresde, dos no lo tienen. El compromiso alcanzado por Chemnitz fue dejar una página en blanco como marca, para que se pudiera incluir o excluir” (Roland F. Ziegler, The New English Translation of The Book of Concord (Augsburg/Fortress 2000): Locking the Barn Door After, CTQ, April 2002, Vol 66:2, p. 146).

2 “El Catálogo de Testimonios se incluyó en el Libro de la Concordia, pero incluso el encabezado ‘Apéndice’ se eliminó tras la objeción del Elector Luis del Palatinado, para evitar cualquier idea de que formaba parte del Libro de la Concordia” (Ziegler, CTQ 2002, Vol 66:2, p. 148).

3 Fuente: The Christian Book of concord, or, Symbolical books of the Evangelical Lutheran Church, Newmarket [Virginia]: Solomon D. Henkel and Brothers, 1851, p. lxxv-lxxvi. Se puede descargar de https://archive.org/details/christianbookofc00luth/page/n9/mode/2up

La presentación de la Confesión de Augsburgo al Emperador Carlos V.


La publicación de esta obra tuvo lugar el mismo día del mes, 25 de junio de 1580, que la de la Confesión de Augsburgo en 1530.

Análisis del Libro de Concordia en el siglo XX

“A principios del siglo XX, Friedrich Bente se refirió a las variantes de impresión de la edición de Dresde de 1580 de la Concordia. Comparó cinco ejemplares, proporcionando amplia información bibliográfica para un volumen y observando algunas variaciones en los otros cuatro. Posteriormente, mencionó que «en una carta fechada el 7 de noviembre de 1580, Martin Chemnitz habla de dos ediciones en folio de Dresde del Libro de la Concordia alemán, mientras que Feuerlinus, en 1752, contabilizó siete ediciones de Dresde» (Bente 4). Tras resumir la teoría de Theodore Kolde (1850-1913), Bente argumentó que esto no explica suficientemente las numerosas y diversas variaciones.

A mediados del siglo XX, Arthur Piepkorn proporcionó datos bibliográficos de ocho ejemplares del Libro de Concordia de la edición de Dresde de 1580, conservados en Pritzlaff Memorial Library del Seminario Concordia (en Saint Louis, Missouri), y tres volúmenes en el Concordia Historial Institute (también en Saint Louis), y mostró varias diferencias entre ellos (Piepkorn 11-13). Sin embargo, ni Bente ni Piepkorn intentaron demarcar sistemáticamente estas variantes.

En la segunda mitad del siglo XX, los editores del Verzeichnis der im Deutschen Sprachbereich Erschienenen Drucke des XVI. Jahrhunderts (VD 16) avanzaron en el examen de 10 volúmenes de la Concordia en cinco bibliotecas de Alemania: Landesbibliothek, Coburg (Cob); Universität Düsseldorf (Düss); Germanisches Nationalmuseum, Nürnberg (Nü); Bayerische Staatsbibliothek, München (Mü); y la Biblioteca Herzog-August, Wolfenbüttel (Wf), y clasificaron estos 10 volúmenes en cinco categorías: K 1990, K 1991, K 1992, K 1993 y K 1994. El VD 16 proporciona datos abreviados de la portada y el colofón de cada ejemplar de la Concordia, sin incluir imágenes. […] Sin duda, VD 16 es un recurso valioso para la identificación de la literatura en lengua alemana del siglo XVI. Esto también aplica a la edición de Dresde de 1580 de la Concordia. Su intento de distinguir estas variantes de impresión es vital para los académicos interesados ​​en su historia textual y para los luteranos que desean conocer el contenido históricamente preciso de la Concordia.”1

1 Fuente: Von Hagel, Thomas A. (2009) ‘The Variant Printings of the 1580 Dreßden Edition of the Concordia According to the Verzeichnis der im Deutschen Sprachbereich Erschienenen Drucke des XVI. Jahrhunderts’, Journal of Religious & Theological Information, 8: 1, 13-36; 2009, Concordia University Chicago.

Friedrich Bente.


Digitalización del Libro de Concordia

del Seminario Concordia de Buenos Aires

La museóloga Natalia Derudi haciendo el tratamiento de conservación del Libro de Concordia, previo a su digitalización


Del 6 al 11 de octubre de 2025, el ejemplar del Libro de Concordia de 1580, perteneciente al Seminario Concordia de la Iglesia Evangélica Luterana Argentina (IELA), fue digitalizado en el Centro Documental Gualeguaychú, perteneciente a la Subscretaría de Cultura de la Municipalidad de Gualeguaychú, Entre Ríos. En el trascurso de aquellos días, en el Museo Casa Fray Mocho (calle Fray Mocho 135), el señor Enzo Danilo Praderio estuvo a cargo de producir una copia digital de dicho libro, ayudado por Romina Derudi (archivista), y de la museóloga Natalia Derudi, quien hizo el tratamiento de conservación. Se pudo comprobar también su excelente estado de conservación, así como también la encuadernación hecha con cuero de cerdo, el material de impresión (lienzo de tela), las dimensiones, peso y grosor del libro (30 cm de alto y 20 cm de ancho, 1230 kg de peso, y 6,3 cm de grosor). Antes del proceso de escaneo, la museóloga Derudi examinó el libro y limpió cada página con un pincel para quitar la suciedad adherida al papel. Luego se escaneó todo el Libro de Concordia, entre el 6 y 7 de octubre, para poder hacer una copia digital del mismo en formato pdf, lo que se consiguió finalizar el 11 de octubre.

Se preguntarán: ¿Cómo y porqué esto tuvo lugar en Gualeguaychú? A principios de enero de 2024 el rev. Juan Pablo Lanterna, pastor de Iglesia Luterana Confesional de Chile (ILC-Chile), visitó a sus familiares residentes en Gualeguaychú. Allí le comentó a su primo Enzo Praderio sobre el Libro de Concordia y la posibilidad de escanearlo con la ayuda del Centro Documental Gualeguaychú. La propuesta fue bienvenida, pero tomó forma recién en septiembre de 2025, cuando por los trámites realizados por el pastor Adrián Correnti, residente en Gualeguaychú, se pudo concretar un acuerdo de colaboración formal entre la Subsecretaría de Cultura de Gualeguaychú y el Seminario Concordia de Buenos Aires (ver Anexo). Tras el acuerdo, el profesor Antonio Schimpf llevó el Libro de Concordia hasta Gualeguaychú, el 3 de octubre. Mientras tanto, el pastor Correnti quedó como custodio del libro hasta su devolución al Seminario.


Características propias del Libro de Concordia del Seminario Concordia

El Libro de Concordia de 1580, del Seminario Concordia, presenta ciertas características que lo hacen único en su tipo, no solo por tratarse del único ejemplar existente en Latinoamérica, sino también porque, a partir de su digitalización, se abre la posibilidad de nuevas investigaciones en el campo de la Teología.

A continuación, se presentan algunos datos a los que pudieron llegar los pastores Adrián Correnti y Adrián Solis, tras analizar el Libro de Concordia el día 21 de octubre:

  • En la portada, luego de la palabra CONCORDIA aparece un punto (.). Además, no hay dos puntos después de “glaubens”, y “zu end des Buchs vnderschreibener” está impreso entre “derselben” y “Theologen”. Las mencionadas características, así como la imagen en forma de diamante en la parte inferior, coinciden con un volumen del Libro de Concordia existente en la Universität Düsseldorf en Alemania (Von Hagel, 2009, p. 23).

  • A diferencia de la editio princeps, al final del Catecismo Menor no aparecen los rituales del bautismo y de matrimonio.

  • La página 204 no tiene paginación.

  • La página 221 está marcada erróneamente como 121.

  • La página 229 está marcada erróneamente como 129.

  • El Catálogo de Testimonios no figura con el nombre de “Apéndice”, por lo que no se trata de la editio princeps.

  • Sin embargo, al igual que la editio prínceps, al final del Libro de Concordia, después de las firmas de los teólogos, se encuentra una página especial con el Salmo 9:1-2, y debajo una xilografía donde aparecen, en un círculo, los nombres de los impresores Matthes Stöckel y Gimel Bergen, con la fecha de 1579. También, debajo se repiten de la siguiente manera: «Impreso en Dresde, en la residencia de la corte del elector de Sajonia, por Mathes Stöckel y Gimel Bergen».

Podemos decir, al menos como conclusión parcial, lo siguiente: Que “no se pueden explicar satisfactoriamente las variaciones que se hallan en los […] ejemplares publicados […] en Dresde sin establecer que se hicieron varias ediciones o por lo menos varias composiciones diferentes para la misma edición, o quizás para las ediciones mencionadas por Chemnitz”1.

Si se toma como referencia a Chemnitz, que hacia fines de 1580 habla de dos ediciones, entonces podría hablarse, no de “siete ediciones”, como comenta Feuerlinus, sino de dos ediciones del Libro de Concordia de 1580, cuya segunda edición pasó por correcciones diferentes a medida que se imprimía el libro: la primera edición, la editio prínceps, “impresa en su mayor parte en 1578”, tras lo cual siguió una segunda edición, que pasó por tres revisiones distintas durante el año 1580, lo que Feurlinus distingue, erróneamente, como “la segunda, tercera y cuarta [edición] en 1580”2. Esta hipótesis explicaría la aparente contradicción que se nota en el Libro de Concordia del Seminario Concordia de Buenos Aires: no posee los ritos de bautismo y de matrimonio después del Catecismo Menor, como sí los tiene la editio princeps; pero, al mismo tiempo posee, como la primera edición, los nombres de los impresores Stöckel y Bergen con la fecha del año 1579. De ser esto correcto, posiciona a dicho ejemplar del Libro de Concordia como una versión temprana de la segunda edición.

Por otra parte, el aporte de los editores del Verzeichnis der im Deutschen Sprachbereich Erschienenen Drucke des XVI. Jahrhunderts (VD 16), nos permitieron descubrir que el Libro de Concordia existente en Buenos Aires, Argentina, al parecer tendría un “hermano gemelo” en la Universität Düsseldorf, en Alemania. En futuras investigaciones podría compararse los ejemplares del Libro de Concordia ya digitalizados y reconstruir de manera más precisa la historia detrás de su edición y publicaciones a finales del siglo XVI (ver Anexo II).

1 Revista Teológica [“Voz Luterana”] N° 1, Primer Trimestre, 1954, Año 1, Seminario Concordia, Buenos Aires, p. 9.

2 RT N° 1, 1954, p. 9.

Ejemplares del Libro de Concordia de 1580
en bibliotecas del mundo

1] Biblioteca Estatal de Renania-Palatinado, Alemania

2] Biblioteca Universitaria y Estatal de Sajonia-Anhalt, Alemania


Biblioteca Estatal de Berlín, Alemania

3] Ejemplar 1

4] Ejemplar 2

5] Biblioteca de la Universidad de Leipzig, Alemania

Biblioteca Estatal de Baviera, Múnich, Alemania

6] Ejemplar 1

7] Ejemplar 2

8] Biblioteca Nacional de Austria

9] Universidad de Utrecht, Países Bajos


Otros Libro de Concordia

10] Libro de Concordia de 1581, publicado por Paul Donat en Magdeburgo

Biblioteca Estatal de Berlín, Alemania

11] Libro de Concordia de 1598

Biblioteca Universitaria y Estatal de Sajonia-Anhalt, Alemania


Conclusión

Fue la suma de voluntades con un compromiso confesional concreto, reflejado en este caso en la preservación y difusión de las Confesiones Luteranas, lo que hizo posible que hoy se cuente, por la gracia de Dios, con una copia digital del Libro de Concordia de 1580. Gracias a la idea e iniciativa del rev. Lanterna; de la predisposición del sr. Praderio y del Centro Documental Gualeguaychú; del aval y apoyo del Seminario Concordia de la Iglesia Evangélica Luterana Argentina, representados en su director Sergio Schelske y el profesor Antonio Schimpf; así como de la mediación del rev. Correnti; es que este proyecto se ha hecho realidad. Además, será de beneficio para toda la iglesia luterana en Latinoamérica, como también en otros lugares.

Porque las Confesiones Luteranas son un tesoro dado por Dios a su iglesia en un tiempo concreto, en la Alemania del siglo XVI, pero este don trasciende sin duda el tiempo y el espacio, y nos anima a confesar otra vez, lo que señalaron nuestros antepasados luteranos al final de la Fórmula de Concordia:

En la presencia de Dios y de toda la cristiandad, entre nuestros contemporáneos y nuestra posteridad, deseamos testificar que la presente explicación de los artículos ya controvertidos y aquí explicados, y ningún otra, es nuestra enseñanza, nuestra creencia y nuestra confesión mediante la cual, por la gracia de Dios, apareceremos con corazones intrépidos ante el tribunal de nuestro Señor Jesucristo y por la cual daremos cuenta. No hablaremos, ni escribiremos nada, privada o públicamente, contrario a esta confesión, pero sí intentamos, por la gracia de Dios, atenernos a ella. En vista de esto hemos, deliberadamente, en temor de Dios e invocándolo a él, subscrito nuestros nombres con nuestras propias manos.



Rev. Adrián Correnti

23 de octubre de 2025.

De ser esto correcto, posiciona a dicho ejemplar del Libro de Concordia como una versión temprana de la segunda edición.