864 - ¡CUÁN FIRME CIMIENTO SE HA DADO A LA FE!
1. ¡Cuán firme cimiento se ha dado a la fe,
De Dios en su eterna Palabra de amor!
¿Qué más Él pudiera en su libro añadir
Si todo a sus hijos lo ha dicho el Señor,
Si todo a sus hijos lo ha dicho el Señor?
2. Ya te halles enfermo, o en plena salud,
Ya rico, ya pobre se encuentre tu ser,
En casa o viajando por tierra o por mar,
Conforme a tus años será tu poder,
Conforme a tus años será tu poder.
3. No temas por nada, contigo Yo soy;
Tu Dios Yo soy solo, tu ayuda seré,
Tu fuerza y firmeza en mi diestra estarán
Y en ella sostén y poder te daré,
Y en ella sostén y poder te daré.
4. No habrán de anegarte las ondas del mar
Cuando aguas profundas te ordeno cruzar:
Pues siempre contigo será en tu dolor,
Y todas tus penas podré mitigar,
Y todas tus penas podré mitigar.
5. La llama no puede dañarte jamás
Si en medio del fuego te ordeno pasar;
El oro de tu alma más puro será,
Pues solo la escoria se habrá de quemar,
Pues solo la escoria se habrá de quemar.
6. Mi amor siempre tierno, invariable, eternal,
Constante a mi pueblo mostrarle podré;
Si nívea corona ya ciñe su sien,
Cual tiernos corderos aun cuidaré,
Cual tiernos corderos aun cuidaré.
7. Al alma que anhele la paz que hay en Mí,
Jamás en sus luchas la habré de dejar;
Si todo el infierno la quiere perder,
¡Yo nunca, no, nunca, la puedo olvidar!
¡Yo nunca, no, nunca, la puedo olvidar!
Letra: George Keith, 1638-1716; trad. español: Vicente Mendoza, 1875-1955
Música: Cantus Diversi de John F. Wade, 1751
Is 41:13; 43:2; Mt 7:24-27
Letra: dominio público